sábado, 10 de marzo de 2007

Cicatrices

Para aliviar el dolor y el espanto de tanto tiempo malgastado a través del torrente irrefrenable de sus llagas abiertas, trató de construir una esperanza precaria que le permitiese seguir sobreviviendo sobre la aridez inmóvil de las ruinas de su aliento cansado y vacío, una transfusión de ilusión sucedánea y sin mordiente, sorbida desde las venas amargas de la quimera. Y comenzó a imaginar que tal vez pudiera seguir adelante si lograba que cicatrizasen sus heridas. No había previsto, no obstante, que, una vez cerradas, no le sería posible arrastrar el peso de tanta mala sangre como se le fue acumulando dentro.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Mira por donde, cuando cierro la página se me abre la ventana ... de los comentarios ... pero ... y de qué iba el asunto ¡ah! de lo de siempre ¿enfados? ¡ni se te ocurra!
Mala sangre, se hablaba de mala sangre. ¿de qué sirve hacerse mala sangre? ¿sale algo positivo de esa actitud? porque si es así, ahora mismo me pongo a ello.
Decía mi suegro, persona muy inteligente, que "a las penas: puñalás, y a los disgustos: chuletas" y es verdad, si se sabe hacer la lectura.
Rumiar las desgracias, los pesares, las muertes, está bien durante un tiempo, el del duelo, pero si supera el año de duración ... malo, malo.
Te lo dice alguien que ha estado en los abismos abisales ¡como queda, abismos abisales! ¡y puede que hasta existan!
Recibe mis brazos en un abrazo. PAQUITA

Anónimo dijo...

Tus delirios, amigo Rafa, me seducen de tal forma que desearía estar cerca -con cervecita, si fuera posible- para hacerte llegar mi abrazo.
SALUDOS

Anónimo dijo...

Lo peor de la mala sangre es que deja un rastro muy util a las alimañas. Y ya sabes, amigo, como anda este mundo de tiburones. Aún así hay que seguir, aunque sea arrastrándose, para no convertirnos nunca en comida de buitres, si acaso en el bienmesabe de los labios más dulces.
Pescaíto frito y manzanilla.

Anónimo dijo...

spamer:
siempre aportas lo que se necesita en cada momento : pescaíto frito "pa" la isla y manzanilla para la herida.

Rafa, sugiero que le nombres intendente especial en esta misión a spamer.

Paco, esa cervecita es una buena idea.

Paquita: muuuaaaa


Chaíto. Buen fin de semana, pondré mis cicatrices al sol.... nos vemos!

Anónimo dijo...

Gracias, Paquita, Paco, Koko drilo -digo Kai man-, Milena por pasaros por mi isla y dejar vuestros comentarios.

Y, Manolo, a reptar, sin ser gusano ni víbora, hay pocos que me ganen, así que tranquilos todos (no os creáis todo lo que leéis)

Abrazos
Rafa

Anónimo dijo...

Contaba con un nada despreciable número de ellas. Se extendían por la geografía de su cuerpo, unas más externas, en la litosfera de su relieve, otras, más profundas, en eso que llaman capa profunda o endosfera.
Las externas eran más recientes y aún producían ese escozor de lo reciente, tiraban desde el centro y desde los lados jironeándole la piel. Se las producía el día a día, cualquier acontecimiento que la hiriera: la sonrisa desdentada de esa yonqui que cada día extendía la implorante mano en ese aparcamiento donde dejaba el coche, la mirada de Juan, el cubano, que puso esa ventita donde ella compraba la fruta y que transmitía el dolor contenido de una despedida de su tierra sin vuelta....
Había decidido ponerse sus gafas de sol incluso cuando entrara en locales cerrados: no quería cruzarse con ninguna mirada más, con ninguna sonrisa más que pudieran quedárseles clavadas.
A pesar de todo, las externas, aunque eran más recientes, las sobrellevaba mejor: al menos podía pasar las yemas de los dedos por sus contornos, acariciar sus rebordes y aliviarlas momentáneamente...
Las que verdaderamente le dolían eran las internas, aquellas que ya no recordaba cuando se le originaron ¿o estuvieron siempre ahí?
Esas, las CICATRICES del alma, le abrían todos los lamentos y cortaban todas las respiraciones. Esas, ésas que como eterna llaga abierta le recordaban el eterno combate del vivir.

Anónimo dijo...

Muy triste, pero de una hermosura inigualable, Milena, tu delirio. Así son las cicatrices del alma, sin duda.

Besos.

Anónimo dijo...

Muy bello Milena, muy real. PAQUITA (un abrazo)