viernes, 2 de marzo de 2007

Cuento de horror

La mujer que amé se ha convertido en fantasma. Yo soy el lugar de sus apariciones.

Juan José Arreola

2 comentarios:

Anónimo dijo...

El hombre (...) aparIciones.

Anónimo dijo...

Pues sí, Paquita, en el fondo, hombres y mujeres no somos tan diferentes como nos empeñamos en creer, y ante los mismos hechos, en especial cuando se nos clavan afilados bien adentros, reaccionamos con similares sentimientos. Paquita, aunque yo aún no lo he conseguido, creo que es posible convivir con los fantasmas. Espero que tú, si es que existen en tu vida y aun no lo has logrado, llegues a hacerlo.

Un abrazo.

Ps. Por cierto, este micro-relato de Arreola, todo un maestro en este arte, es de los de matrícula de honor.