lunes, 30 de abril de 2007

El último espanto

El triunfo de la muerte, de Peter Brueghel


Sombras de un vuelo sin alas
Tan densas como mercurio,
¡Olas, viento, bruma, cieno!
Cieno y jazmines alzando
Anchas columnas al cielo:
Vasto légamo amarillo,
Sepultura de guaridas
Como de águilas suspiros.

No es la amenaza del fin,
Es la quiebra del origen,
Y la espina de una rosa
Se desangra por las venas
Galopantes de la noche.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hasta en las flores existe la diferencia de suerte. unas embellecen la vida y otras adornan la muerte.

Anónimo dijo...

Pieter Bruegel el viejo, adelantado a su tiempo, muestra como en el tren de la muerte no existen asientos de primera.