lunes, 23 de abril de 2007

Palabras (en el día del libro)

Uno llega a ser grande por lo que lee y no por lo que escribe.
Jorge Luis Borges

Cierro los ojos y las palpo. Mis manos, a menudo, no entienden su lenguaje, pero igual, las palpo, las siento. A veces me duelen sus huellas en las huellas de mis dedos, a veces cosquillean sus gritos y se ríen mis manos. Después, olisqueo su esencia, me las llevo a la boca y las mastico, lentamente; amargan, sí, amargan... dulce amargor de cerveza. Me cuesta, dejan clavadas espinas en mi garganta, pero las trago. Y galopan con mi torrente sanguíneo y en el corazón estallan. Entonces -una nausea irrefrenable las empuja- las vomito en forma de delirios y versos, para que otros las palpen, las mastiquen, las huelan, las traguen... sin entenderlas tal vez, pero sintiéndolas.

Este texto es el resultado de un comentario que hice a un texto (Para tod@s l@s queremos tocar las palabras) publicado en FILOABPUERTO, blog del Departamento de Filosofía del IES Agustín de Bethencourt, en el Puerto de la Cruz (Tenerife), administrado por alumnas de Sociología de 2º de Bachillerato y en el que se expone parte del desarrollo de las actividades que tienen lugar en su día a día en el aula.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

te envuelven
te llaman
te instan a escucharlas
te atormentan
te enamoran
te seducen
te persiguen
te extrañan
te acarician
te convencen

En tí, mi querido poeta, las palabras han hecho nido y no se van
hasta que le hagas verso

Un abrazo hecho de palabras que
t-o-c-a-n

Anónimo dijo...

.. a veces... no, casi siempre... no... bueno, pienso que las palabras son una lacra...

Anónimo dijo...

Hubo un tiempo en que llegué a pensar que las palabras ... no servían para nada, pero eso fue ... en otro tiempo. Besos y más besos PAQUITA

Anónimo dijo...

más vale una palabra que mil imágenes

Anónimo dijo...

Gracias, Merce. Tus ánimos valen mucho.

Mar, las palabras, como las espadas, tienen doble filo. Uno de ellos hiere, pero con el otro podemos cortar el pan y las alambradas.

Y sí, Paquita, Dudu, al menos hoy, cuando estamos saturados de imágenes espureas y vacías, valen mucho más que aquéllas.

Abrazos