sábado, 26 de mayo de 2007

Enola Gay

No!
No penséis
Que es la noche
(Luz cegadora).

Son gota a gota las gotas
Turbias como llagas ulcerando la hipodermis.
Oscuros oscuros
Oscurísimos diluvios
Danzando y danzando aquelarres.
Cayendo y cayendo y cayendo
Incesantes.
Calcinando a borbotones la esperanza
Y el ala blanca.

No!
No penséis.
No hay dolor no hay dolor no hay dolor
Sólo muerte.

Mejor que mejor.
Si acaso tapaos los ojos
permitiéndoos el pasmo como escudo.
(“¡Guau,
Menudo pepinazo!”).

Mientras
Abajo
Allí
Muy muy muy
Abajo
En las simas abismales del infierno
Gime de espanto el lamento.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Un bombardeo? ¡Cuanto mal ... cuanto dolor!
¿Cómo paramos las guerras?
PAQUITA

Anónimo dijo...

pero esto jamás lo verá quienes 'dirigen' las guerras, sólo lo pueden ver y sentir personas de verdad.
Un beso.

Anónimo dijo...

No lo sé, Paquita, pero tal vez entre todos...

Pero, además, María, los que dirigen las guerras, con su poder, pueden acabar lavando muchos cerebros. "Guau, que pepinazo" exclamó el comandante del Enola Gay cuando vio la ola de destrucción que había desencadenado Little Boy sobre Hiroshima.

Besos