viernes, 25 de mayo de 2007

Thanatos puede esperar

Vislumbro sobre el terrazo
Tan pulcramente pulido
De la sala número tres del tanatorio
A una cochinilla navegando a la deriva
Sobre un mar que parece alimentarse
De las aguas estancadas del Leteo.

Afuera imagino sinfónicos trinos que anuncian el alba
Mientras sigue su periplo de insecto solitario
Por la asepsia inodora que enmascara a duras penas
El mayor del mayor de los horrores.

Dudo entonces por un instante
Si espachurrar infalible con el pie
La insignificancia de la estructura que la sostiene
O sólo dejarla a su suerte
Proseguir deambulando lentamente
Tras la estela voraz e imperceptible
Que habrá de conducirla sin sentido
Al naufragio postrero de su muerte.

Finalmente
Más que nada por desidia
Acabo perdiéndole el rastro
Bajo la piel del sofá carmesí
Donde he pasado la noche
Cómodamente tumbado
Rendido al hondo cansancio
De un letargo enajenado de emociones.

Devuelto a la irrealidad
Por el rinrín del teléfono móvil
Me desperezo y me digo
Cuan contagioso es a veces
El sueño eterno sin sueños
En que se sumen los muertos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Thanatos puede esperar ... EN OCASIONES, Y ESTA PARECE SER UNA DE ELLAS. Encantada de volver a leerte.PAQUITA

Anónimo dijo...

Gracias, Paquita.

Un beso.