viernes, 15 de junio de 2007

En el corredor

Como desde un principio no hubo la menor duda acerca de su inocencia, todos esperaban que, tras tanto tiempo de esperar sin esperanza, el día en que lo condujesen al cadalso, más tarde o más temprano, terminaría por derrumbarse. Sin embargo, aquel quince de junio, cuando las finas agujas el reloj marcaban las diez horas y veintiséis minutos de la noche, y le fue preguntada su última voluntad por el capellán de la prisión, con gran serenidad y una leve sonrisa dibujada en el rostro, respondió:

- Mi última voluntad, esto que llevo esperando desde hace ya cinco años, cinco meses y veinticinco días, al fin, está a punto de serme concedida.


Cuatro minutos más tarde, tras dirigir una última mirada de agradecimiento al verdugo, finalizó su existencia.


5 comentarios:

Anónimo dijo...

El sueño eterno, al fin y al cabo sueño ¿y digo yo, será de los que se recuerdan después, a color, en blanco y negro...?.
Besos.

Anónimo dijo...

La gran paradoja del asunto es que, imagino, la última voluntad del reo es aquella que no se puede satisfacer cuando se está a punto de dar el último paso sobre el patíbulo. Nunca llega el indulto a tiempo.
Aceitunas preñadas y manzanilla.

Anónimo dijo...

Mamen, es sueño eterno, en mi opinión, siempre tan pesimista yo, es el vacío. Así que, cuanto más tarde en llegar, mejor.

Kai, una de las peores torturas a las que puede ser sometido un ser humano, es conocer cual será el instante preciso en el que le llegará la muerte. Algo así debería estar abolido desde siempre.

Abrazos.

Anónimo dijo...

Intentaba hacer broma de ello, pero leo que estás, llevas tiempo serio y desesperanzado, si pudiera te inyectaba directo a vena un par de cc del veneno del optimismo.Y me sentaba a esperar un par de poemas blancos.
Besos de una optimista, consciente de que todo lo que sube baja...me temo que pronto llegará el gris precediendo al negro. :D
Abracitos.

Anónimo dijo...

Mamen, no te preocupes que, también, casi todo lo que baja, termina tocando fondo y rebotando hacia arriba. Por otra parte, ya lo haces, ya, que cada poema tuyo que leo me inyecta litros y litros de ese veneno que mencionas. Así que escribe.

Un beso.