miércoles, 6 de junio de 2007

Mecánica

Tanto tiempo ya

Usando este alma

Perecedera

Que a veces me acompaña

Y las más

Alocada se empeña en correr

Por su cuento y riesgo

-De hadas y quimeras inventadas-

A través de páramos de cieno polvoriento

E infinitos baches y piedras del camino

-Terrible abrirlo al andar

Como dijera el poeta-

Qué he comenzado a sentir

Alarmado

Que hay algo que no marcha.


No sé

Si será

La transmisión o los frenos

La suspensión

O algún manguito picado

Puede

Que la dirección mal alineada

O el alternador

O el dibujo de los neumáticos

Casi perdido en el asfalto

O, lo más probable

-Que yo

No entiendo de mecánica de almas-

Que de todo un mucho.


La cosa es

Que todos estos achaques periféricos

Han terminado por afectar

-pienso que gravemente-

Al buen funcionamiento del motor

Que apenas soporta el dolor que le acarrea

Cada explosión del carburante

En dirección a ninguna parte.


He tratado de darle solución

Cambiando el mapa de carreteras

-Pero Michelín, Guía CAMPSA…

¿Qué más da?-

O metiéndola en un túnel de lavado

Pero en todos

Habían cortado el agua

Por falta de pago.


Por último

Sin más esperanza posible

He buscado en las páginas amarillas

Por si un taller apropiado

En la A de alma o más bien de almario

En la C de corazón descorazonado

En la E de esperanza sin mañana

En la R de religiones salvadoras

-A ser posible orientales-

Y en la L,

Y en la I –por supuesto griega-

La B

La P

Y vuelta a la A

La C…

Alfa, beta, gamma

Omega.


Pero el alma

No entiende de colores

Abecedarios

O páginas atiborradas de vacío.


Agosto de 2006

2 comentarios:

Anónimo dijo...

En la P, el Taller Poesía, allí te arreglan la junta de la trócola del alma.

Anónimo dijo...

Je, je... Sí, debí comenzar por ahí.

Un abrazo.