viernes, 15 de junio de 2007

Máscaras

La intriga, de James Ensor

“Si esta especie de piel
que me divide del mundo
no fuera tan sutil,
podría aun soportar
el peso de tu cercanía,
el frío del invierno y
mi mudo destino de poeta.”
Silvia Favaretto


Yo no soy uno
Sino muchos
Quién sabe si siete o trece
Y en bastantes ocasiones
Cuando la vida más duele
Llego a ser
------------------ Casi ninguno.


Soy un almario de máscaras
Que se ajustan a medida
Pensando que son mi piel.

¡Pero la piel
es tan débil
tan transparente y osmótica!


Tengo la máscara
De acudir a misa los domingos
(Ésta la usé pocas veces)
Acicalada e hipócrita.


La de número de asfalto en tránsito

(Tan amarga y cansada)
Ya con exceso de kilómetros.


La de sentimientos e ilusiones vanos
Que utilizo en los días de desierto
Sabiéndola de espejismos.


La de roca dura e insensible
Que salió defectuosa
Y nunca me dio resultado.


La de amante fiel y sin fisuras
Aunque se clave en mi rostro
La pasión que ya no existe.


La de infiel y pendenciero
Que nunca ha querido entrar
A otros cauces hasta el cuello.


Otra está formada de silencios
Tan lúgubres como un mármol
Pintada de amor y miedo.


Y también tengo otra que esta hecha de esperanzas
Me la pongo cuando aprieta la tormenta
Aunque a veces no la encuentre en el desorden.


Y llegué a tener un tiempo
(Aún la recuerdo añorante)
Una máscara feliz
Hecha de enormes sonrisas.

Mas se rompió de un suspiro
Y sus esquirlas filosas
Han resquebrajado el resto
Dejando a merced del viento
Cada palmo de mi piel.


Ya sólo piel
Piel sola y translucida
Lívida
Triste
Desvalida
Al albur de la vida
Esperando la muerte.


En resumen:
-------------------- No soy más
Que una gran y patética mentira
Con entrañas abiertas de verdades
Por las cuales se me escapa a borbotones
Toda la sangre malgastada.


(Y tú? Di!
Cuán sólidas son tus máscaras?)


Cuatro de noviembre de 2006

2 comentarios:

Anónimo dijo...

AH!!!!!!!!

Touché!!!!!!!

LAs máscaras, qué diferente sería el mundo si cada uno usáramos una menos.

Saludos!!!!!!!

Anónimo dijo...

Sé bienvenida, mariela. Las mías, mariela, ya están casi todas rotas, Lo malo es que, cuando te acostumbras a ellas y se rompen, sangran.

Un abrazo.