miércoles, 6 de junio de 2007

Pastiche


En homenaje a la poesía sin límites de Alejandra Pizarnik, este pastiche emanado de la inimitable grandeza del lirismo de sus textos.


El infierno de la locura,

Lazo mortal del otro lado,

Es la musical extracción para crear

Nuevos silencios

De una ahogada que no cesa

De pasar por los espejos.


De la piedra de ojos primitivos en honor de una pérdida

La sombra cubre pétalos mirados

En la mano que busca el vaso cuando la muerte

Se posa desnuda:

Memorial fantasma en la oscuridad abierta

De alguien que cae en su primera caída

En donde el miedo no cuenta

Cuentos y poemas.


¡Hombre funesto de claves nocturnas!

¿Qué podemos amar que no sea una sombra?

¿Y cómo abolir la soledad?

¡Qué me dejen con mi voz nueva de viajera fascinada!

(En un lugar de temblores

Tú haces de las lilas que aletean.

Mi tragedia en el viento.


En espera de la palabra antigua

Una lámpara de aceite de jazmín olía a sangre,

Alimento de música

Y de agua negra).


Porque nadie tiene más sed de sexualidad feroz

Que estas criaturas que habitan los fríos espejos,

Lloras funestamente y evocas tu locura como lava del infierno,

Signo en tu sombra de aventuras perdidas.


Cuando espero

Dejar de esperar en la última inocencia,

Los de lo oculto son

Como la muerte: quieren huesos;

Y una vibración de los cimientos, un amado espacio

De revelaciones, me vestirán con cenizas al alba.


¿Para quién el silencio?

¿No es verdad que yo existo

Hasta la última esperanza?


La palabra que sana no es

Un verbo sino un vértigo: la palabra

Del deseo,

Piedra fundamental que salta

Con la camisa en llamas.

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