lunes, 25 de junio de 2007

Temo acercarme a ti


Temo acercarme a ti.
Tan turbio es este miedo que, salobre,
Se agolpa sin efugio tras el párpado,
Que ciego y conturbado no vislumbro
Los caminos.

Temo acercarme a ti,
Contemplarme en tu límpida mirada
Hallando sólo sombras, la evidencia
De ser sólo un extraño,
Estrago requebrado en tu presencia,
Indescifrable, ausente.

Temo acercarme a ti;
Le temo a derrumbarme si te alcanzo
Hiriéndote la piel con cada esquirla
De ruinas como escarcha desplomada
Que crecen como náusea en mi impotencia.

Temo acercarme a ti,
Quebrar tu corazón con la incorpórea
E inmensa oscuridad de mi reflejo
Vertiendo en estallido sobre el mundo
Mezclado a tus latidos mi veneno.

Quiero acercarme a ti;
Con mi alma desalmada y sin cobijo
Lo requiero.
Pero me falla el ánimo y, perdido,
Me siento herido, exhausto,
Desamparado, roto,
Rendido y sin resquicios
Frente a la hostil, la hirsuta muchedumbre.

Y tengo

Miedo,
Mucho, mucho
Miedo.
Y me alejas,
Te alejo,
Y te alejas,
Me alejo,
Lejos,
Lejos,
A cada instante
Más y más y más
Horizonte.

Diciembre de 2006 - abril de 2010.



Fotografía: Julia Borodina.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Alguien me dijo lguna vez cosas parecidas, en serena prosa, hace poco lo encontré y me llamó "asigntura pendiente". El temor es inconducente!

Anónimo dijo...

Bueno, peregrina, hay veces que no se le puede llamar asignatura pendiente, pues tras varios exámenes sin alcanzar el aprobado ya no te dejan volver a matricularte ¿no? Entonces hay que cambiar de estudios, o abandonarlos.

Un beso.

Anónimo dijo...

El miedo es libre. Los toros desde la barrera se ven fenomenal pero cuando estás en la arena...

Anónimo dijo...

Sin duda, dudu, no conocemos lo que es el miedo -un miedo- hasta que lo sentimos.

Un abrazo.

Anónimo dijo...

Ese miedo lo conozco
......

demasiado bien...

es el miedo que alerta del peligro
miedo ancestral, hasta de filogenia

miedo que anuncia peligro, miedo que insta a protegerse...

acaso no es peligro de muerte amar?

Anónimo dijo...

Sí, Circe, creo que sí, que a veces es peligro de muerte. Y la poesía, aunque sea a duras penas, nos protege.

Un beso.