viernes, 1 de junio de 2007

Tratado de nauseas

El vértigo

Es como un ala que pende del aire

Sin fe, desnuda, sin vuelo, quebrada.

Lleva una herida sangrando en sus labios

De hielo, golpe a golpe sobre besos

Marchitos, que se abisman bajo un fondo

De malvas. Sobre rescoldos de escarcha

Han cicatrizado otras llagas, otras

Denominaciones. Sigue entretanto

La cellisca, asombrando en su bruma

Las estrellas pálidas.

-------------------------------Presas de espanto,

Rompen las olas del tiempo los sueños,

Sepultando en su filo a la semántica

-Pobres vestigios que lamen el polvo

Sin cielo ni voz ni llama-. El vértigo

Es como arena, como limo añil

En los párpados del viento, sepulcro

Que enarbola en lo oscuro su victoria

Por siempre.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Observo, Rafa, que tu poesía se vuelve cada día un tanto más enrevesada, compleja y -si me permites- caótica. Sinceramente, me cuesta un poco leerla con rapidez y entenderla en una primera leida. Más, te confieso que me estoy volviendo una ferviente amante de ella porque están desbordadas de significados que me llegan y sobretoso, me traspasan.

Un abrazo

Anónimo dijo...

Ah querida Victoria, el vértigo, el caos, vuelos quebrados, ritmos que se rompen en encabalgamientos desbocados que, inesperadamente, se dan de bruces contra un muro, la dificultad vertida estrofa a estrofa, el reflejo de un estado de ánimo -o desánimo, que cuesta comprender.

Gracias.

Un beso.