miércoles, 25 de julio de 2007

Para gustos, colores.

Odio la prostitución -a los proxenetas, no a las putas. Por eso escribo lo que me sale de los cojones. Alguno dirá que, haciendo gala del mal gusto, me prostituyo a mi mismo. Sí, pero con gran gusto. Es lo que tienen las pajas, aunque sean mentales.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Sigue prostituyéndote de la forma en que lo haces. He visto pocas más honradas y fieles a un ideario y a una forma de entender la vida y lo que nos rodea.
UN ABRAZO, RAFA

Anónimo dijo...

Yo odio la prostitución, odio a los proxenetas, odio a los hijoputas que no usan preservativo, odio a las hijaputas de las putas que lo consienten y, sobre todo, odio al Gobierno por su falsa moralidad, por no legalizar esta situación, por no informar del daño que está causando en cientos de mujeres cada día (víctimas inocentes ellas, no las putas), por no controlar la sanidad y por no penalizar estos actos criminales.
¡Odio! A una media de 10 veces al día.
Prefiero los que se hacen pajas mentales que los que matan a sus parejas por echar un polvo.

A veces, yo también soy dura.
Un beso

Anónimo dijo...

Gracias, Paco, se que es sincera esa valoración que haces de mis deseos, que no siempre soy capaz de cumplir, de honestidad y coherencia.

Me encanta cuando te pones brava, Ely. Sólo un pero, aunque pienso que coincidirás conmigo: las putas, no se merecen el odio de nadie, porque también ellas son víctimas. Desde las que se lo hacen con cualquiera a precio de saldo, y tragan con condón o sin condón, para pagar la comida y la educación de un hijo o el pico con el que se van matando, hasta las de alta alcurnia que viven desahogadamente y se sueñan princesas sin serlo. Y, sin duda, necesitan y merecen un marco legal que las dote de los mínimos derechos. Y modelos hay muchos donde elegir.

Abrazos.

Anónimo dijo...

Lo mejor de esas pajas mentales es que no manchan ni salpican, no esparcen por los lavabos simientes resignadas al vacío de la inutilidad y además sobre su práctica no dicen nada los curas ¿no?. Vamos que no salen barrillos, ni te quedas calvo ni vas al infierno..., o si, yo que sé, joé, fijate, sin darme cuenta acabo de hacerme una, Ay, qué gustito tengo en el cerebro....
Patatas paja crujientes y tinto de verano

Anónimo dijo...

Rafa, a mí me da lo mismo que una madre en vez de ponerse a fregar como una “zorra”, todo el día, para dar de comer a sus hijos, o se prostituya para dar de comer a sus hijos, o para vivir como una princesa. Aunque si tengo que ensalzar a una de ellas, ensalzo a la fregona.
Yo odio a esas putas desaprensivas y a esos hijoputas desaprensivos que por un polvo a pelo contagian una enfermedad a personas inocentes (no hay justificación para hacer esto y debería estar penalizado); y de entre todas las enfermedades infecciosas, cada día conozco unos 10 casos del virus del papiloma humano o HPV, causante del cáncer de cuello de útero o cérvix, una enfermedad terrible que afecta al 70% de las mujeres sexualmente activas. La infección se origina por contagio derivado, principalmente, de la prostitución.
Legalidad y control sanitario, con esto bastaría.
Un beso y perdón por la chapa que te he metido y que no le interesará a nadie.
Si alguien quiere saber más, envío informe más amplio y mucho más duro.

Anónimo dijo...

Ely, yo creo que sí que interesa. Así que envía ese informe amplio y duro. Si quieres lo haces por correo electrónico y lo cuelgo como un artículo en lugar de como comentario, en esa sección que tengo de "Reflexiones prestadas".

Un beso.

Anónimo dijo...

Me hiciste reír y mucho, con esos brotes edonistas.
te sigo leyendo y disfrutando.