jueves, 26 de julio de 2007

Versos desde mi azotea


"…y se pone el sol

no sin una incierta belleza

que hace aún más hiriente

toda esta ruina

que paga

periódicos, políticos, libros de poesía

y hasta la restauración de todos los santos y santuarios de esta ciudad

antes de llevarse por delante a los que acuden a las procesiones."


Antonio Orihuela




Si yo quisiera lograr

Que este mediocre poema

Destinado nada más

Que a describir un paisaje

Se publicase un buen día

Por alguna de las instituciones democráticas

Que con su público mecenazgo

Se encargan de divulgar a los cuatro vientos la cultura,

Y que sin duda en ningún caso

Se permiten plegarse a intereses

Ajenos a los de los ciudadanos

Perpetrando impunemente la censura

Contra insurgentes o rebeldes

Y premiando a los sumisos

Que miran para otro lado

O pregonan las bondades del sistema,

Debiera alcanzar a decir

Que los yesos que se ven

Desde las azoteas de Tráfico Pesado

Son como la inmaculada nieve

Brillando al Sol y a la Luna

Y que obraron el milagro

De librarnos para siempre

De las inútiles marismas pestilentes

Donde latente se agazapaba el paludismo.

Y que el arsénico, el uranio y el cinc en flores

Contribuyeron a eliminar la plaga de mosquitos

Que tanto podría molestar a los turistas

En el caso de que algún día

Se decidiesen a visitar en tropel

La que dicen que pudo ser

La ciudad de los Tartessios

Y sus subyugantes estampas industriales.

También describiría

Como de noche, languideciendo las estrellas

Desde los áticos y balcones del Matadero

Resulta un espectáculo sublime

Observar la multitud de luminarias

Que alumbran las fábricas del Polo

Como si de monumentos Victorianos se tratase

Emanando nubes de humo espectrales

Semejantes a las que están tan al uso

En los conciertos de hard rock.

¡Qué inocua belleza desprenden

Las altas y estilizadas chimeneas!

Óxidos de nitrógeno y sulfhídrico

Empapados en vapor de agua

Dibujando sinfonías en el aire

Que con la lluvia y el crepúsculo sobre la Ría

Nos trasladan como por encantamiento

A un arrabal londinense

Bañado por las límpidas aguas del Támesis

Y tocado por la magia

De dioses y hadas anglosajones.

También debiera relatar

Que la mugre rojiza que de día

Se ve adherida en el asfalto

Y sobre las trémulas hojas de los árboles

No es más que un tinte inofensivo

Que obra el prodigio fabuloso

De singularizar el paisaje y la genética

¡Que acogedora indolencia

Ofrece a su patrón el onubense!

Y no podría olvidar,

Para ilustrar el alma generosa de las gentes

Que habitamos este otro paraíso terrenal

Donado por el magnánimo progreso,

Que gracias a nuestro altruismo

Y a la sin par condición humanitaria

De aquellos que nos concedieron

La gracia de alzar a las alturas

Nuestro nivel de vida paupérrimo,

Allende en lugares lejanos

Se hace posible fabricar

Los discos compactos que permiten

Que en algún rincón de Mauritania

Un pequeño niño bereber

Eleve su espíritu hasta el cielo

Deleitándose con la excelsa melodía

Del Himno a la Alegría de Beethoven;

Así como también sin duda

Una legión de productos farmacéuticos

Prestos a aliviar el sufrimiento

De millones de pobres desdichados

Desde el Níger hasta Bangladesh.

Pero yo

No soy poeta,

Sólo un ecologista desalmado

Presto a minar el progreso

Y también pudiera ser

Que un perverso terrorista

Ansioso por derruir

Desde sus mismos cimientos

Esta portentosa democracia

Que como tantas otras muchas cosas

Nos legara la infame Dictadura.

Así es, por tanto

Que albergo el fundado temor

De que mis versos apresurados

Saliéndose del redil y de la métrica

No hayan conseguido ser

Tan correctos como debieran

-Como comprenderán me refiero

Sólo a su valoración poética-

Para merecer la mínima atención

De los adalides de la cultura

Y su ilustre mecenazgo

Formado de cartón piedra.



24 de octubre de 2006

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Pero mira que eres incomodo y rebelde, Rafita, Tu sigue así y verás como no te invitan en la feria a cenar en la caseta de la AIQB, que me han dicho que ponen unos langostinos radioactivos que te cagas...
Hoy, de castigo por ser nene malo, pan y agua. Ea...

Anónimo dijo...

!Bravo!, !impresionante, MAGNÍFICO!. No imagino, pues no he tenido, todavía, el placer de escucharte recitar en voz alta, cómo darías el ritmo, la entonación,...a este poema tan bueno. Yo lo he leído en voz alta y tiene una fuerza y unos matices irónicos que puedes ensayar con varios registros y modulaciones de voz quedando fantástico. También es cierto que la temática que tratas me afecta sobremanera y me crea esa sensación de rabia e impotencia que le da más énfasis, si cabe, al poema.

!Encantada de leerte¡ Besos

Anónimo dijo...

Ni amarrao, Kai, iría yo a cenar a esa caseta. Que uno tiene muchas contradicciones, pero hay algunas, como ésta, que no me costaría el mínimo esfuerzo evitar.

Huy, Victoria, no te imaginas lo malo que soy recitando. Dicen que casi ningún poeta -yo sólo soy eterno aprendiz de tal cosa- sabe recitar sus versos. Pues yo soy uno de los mejores ejemplos.

Abrazos.

Anónimo dijo...

Dickens penaría, efectivamente, que Huelva todavía vive en el siglo dicinueve. La metira mejor guardada por todos los políticos y empresarios, la verdad que nunca pregonan, es la contaminación que el gran capital impuso hace ya cincuenta años. ¿ Para cuándo una magna exposición y un encuentro literario contra el Polo Químico y los fosfoyesos ? Qizás Bill Gates lo financiaría. Sería una señal de modernidad más esperanzadora que el Recreativo y las casas caras del Ensanche Sur.