lunes, 20 de agosto de 2007

Desarraigo





Si una mañana de abril

Vinieses volando a mí

Envolviéndome en tus brazos

Con la suavidad del viento,

Como glicina otoñal,

Brotase una flor, quizá,

De los muñones gastados

Que se agostaron de invierno.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Entran ganas de adelantar la primavera, es gratificante el rebrotar de la vida.

Besos volados, ¡que dulce manera de presentr las lilas, esta vez!

Anónimo dijo...

Toda una preciosidad. Bellísimo poema.

Anónimo dijo...

Eres la hostia -con perdón, soy un sacrílego- en verso y en prosa. He dicho -sacrílegamente, claro-.
ABRAZOS

Anónimo dijo...

Una buena poda a veces es el anuncio de nuevos brotes. Sería preciosa esa flor surgiendo de los muñones. Me gusta.

Anónimo dijo...

Gracias, eire, kai, paco, leuma.

Sí, las flores más hermosas son aquellas que brotan de lo inesperado, de lo que parecía muerto.

Abrazos.