sábado, 15 de septiembre de 2007

Razón de vida

Si un día muriese de amor

Y tú alcanzases a saberlo…

Cuánta felicidad

Cuánto ansiado descanso

Cuánta y cuánta piedad

Qué dulcísimo bálsamo…

Cuán profunda en su espanto

Tu tristeza.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Te confieso, Rafa, que a veces, esta es una de ellas, después de leer de seguidos tus últimos poemas, siento cierta preocupación por tí.

Espero que estés bien y que esto sea puro arte.

Anónimo dijo...

Tranquila, Victoria, todo va bien.

Un beso.

Anónimo dijo...

Pues espero que no te mueras y que ella no tenga que ponerse triste, al menos por este motivo, que todavía tenemos cosas que contarnos como tú decías en otra ocasión, beso

Anónimo dijo...

Por supuesto, leuma, no lo dudes.

Un beso.