martes, 9 de octubre de 2007

Como perros

A veces, cuando releo mis versos, no alcanzo a comprender que haya sido yo quien los ha escrito. Reniego de ellos, los repudio, los odio como a ninguna otra cosa en el mundo, a muerte, los aplastaría de un golpe dejando sus vísceras esparcidas sobre la piel del Universo y a sus lamentos hundidos bajo el estruendo del mayor de los silencios... ¡ME ESPANTA TANTO HABER PODIDO LLEGAR A CONCEBIRLOS! Y, entonces, cuando con la mirada huérfana se aferran a mis ojos, y con los brazos y el alma desnudos se enlazan a mis piernas como perros desvalidos con la entraña de hiedra, los acojo bajo el calor de mis lágrimas, tan frías como témpano de lila. Y una enorme pesadumbre me envuelve y me va deglutiendo, hasta que formo por completo parte de su gemir pavoroso.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

un pulso cara a cara...

Besos!!!

Anónimo dijo...

Pues a mí tus perros poetas me encantan, algo tristes o fieros a veces, pero profundos y bellos, qué bien que los dejas salir para los demás, :), un beso

Anónimo dijo...

Creo que me he visto reflejada en esto que escribes, seguramente es la crisis del escritor, mas en esta época que estás viviendo en la que tus poemas son más que un parto, pues la angustia se vierte en ellos.

El escrito una maravilla, tienes imagenes que ya me gstaría mí escribir algún día.

Un abrazo

Anónimo dijo...

Se de que hablas Rafa, he tenido esa sensación infinidad de veces, pero amigo mío si no estás conforme, pasame tus musas que ya me gustaría a mi parirlos como lo haces tu.

Besos.

Anónimo dijo...

Eso nos pasa a "todos", creo. La "teoría del cajón" es la que mejor podría distanciarnos, tanto de la autoría, como de las frustraciones. Frustraciones merecidas. Porque uno se lanza a compartir carne poco hecha (semillas aún sin plantar, no la vayamos a liar con algún vegetariano).
Al cajón. Eso que sale del corazón y pasa por el filtro de una presunta experiencia ¡al cajón!. Si no es así, uno es responsable de lo expuesto; de sus óxidos y sus secreciones; incluso de los halagos que no se piden y que habren más la herida.

Un saludo -sin pasar por el cajón- y que por lo tanto me libra de toda responsabilidad respecto de lo que acabo de escribir.

Anónimo dijo...

Por favor:
Sírvase introducir esa "H" de abrir en el cajón más cercano.
Gracias.

Anónimo dijo...

Son nuestros hijos, no podemos renegar asi de ellos. Ademas, los tuyos, son magnificos.
Un abarzo.

Anónimo dijo...

Tremendo viaje el de las letras, oscuros y tristes mendigos que acaban hablando con nosotros mismos, cara a cara.
Va un abrazo, Rafa.
Un placer recorrer tu pàgina

Anónimo dijo...

solo hay que descubrirlos, ya estaban ahi.