sábado, 3 de noviembre de 2007

Sin perdón

Ya que se ha eternizado

La oscura tiranía del silencio,

¿Por qué no consumas la tentativa

De escribirme un poema?

No es tan difícil, sólo

Has de dejar flüir tus sentimientos

Sin el quedo remanso de las máscaras.

Así podré saber,

Sin bruma en la gramática ni ortográficas sombras,

La verdad del abismo que se hospeda en mi sangre.



Con la fuerza de un verso,

Sobre el alma que gime en carne viva,

Decreta, sin metáforas, el fallo inapelable que sentencie:

¡Muérete para siempre!

Y aligera mis pasos sin aliento

Por el vacuo corredor de la muerte

Sin otorgarme falsas esperanzas

De una amnistía que nunca podrá

Ser concedida a tiempo,

O tus lágrimas frías al pie de mi cadalso.


4 comentarios:

Anónimo dijo...

Te viertes desde la piel a la entraña en cada verso, eso le da una misteriosa fuerza a cada palabra.

UN abrazo
Sandra

Anónimo dijo...

Un universo desgarrado, desafiante como un duelo en el romanticismo.
Los ojos vuelven hacia atrás, las manos vibran delante.

Un saludo

Anónimo dijo...

Conmovedor. Exacto. Castilla Center.

Anónimo dijo...

Cuando se está enamorado, cuando se ama desde lo hondo, los versos manan desde el corazón hasta la boca, desde la boca hasta los dedos...

Un abrazo