sábado, 15 de diciembre de 2007

Desolación en la Quimera



Me revuelve el insomnio la esperanza

-Ese añejo esqueleto

Sin fuerzas apenas para sufrirme-

Y todo desnudo salgo al balcón

A contemplar la noche.

¡Está tan clara! ¡Es tanta la Luna!,

Que se me antoja un valido del Sol

Devorando la luz de las estrellas.

Y, entonces, no puedo evitar

Dirigir mi mirada hacia el Oriente

Y preguntarme henchido de Nostalgia

Si igual allí, junto a los muros rojos,

Mudos testigos del último abrazo,

También se alzó la Luna.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Posiblemente , Rafa, porque la luna sí que sabe, ella ignora la existencia de todos los muros que alzamos aquí abajo.

Un abrazote, niño mío y métete dentro, anda, criaturita, que así en "pelotita picada" no se pué salir a contemplar las estrellas, niño.

Besos, muchos

Anónimo dijo...

Sí, sí, que además hace un frío que pela. Y yo con estos pelos, huy! se me va el santo al cielo, quiero decir con este catarro.

Un beso.

Anónimo dijo...

Como siempre, genial...
en breves palabras toda la magia.
Un abrazo.

Anónimo dijo...

Hermoso poema, muy logrado. Siento predilección por el verso libre, quizás porque sus imágenes son más profundas al carecer de rimas y otros
artilugios poéticos.

¿Supongo que eso fue en verano,no? Porque por estos fechas hay que tener valor....jejejeje

Abrazos