jueves, 14 de febrero de 2008

Astronomía



Creo que, aunque me lo niegue a cada instante -con lágrimas azules clavadas en la sal carmesí de mis manos-, en el fondo o, tal vez, sólo muy en la superficie –tratando quizás en vano de no ahogarme aún del todo-, te sigo buscando. Lo único que ocurre, o eso supongo cegado de incertidumbres, es que, con el desgaste del tiempo, he desaprendido el significado de las escalas y de las curvas de nivel, y cuando pienso que subo, bajo, y lo inaccesible y lo cercano se confunden entre leyendas en blanco y negro ya ininteligibles. Sigo sin olvidar, en cambio, el modo de orientarme alzando la mirada hacia la luz de las estrellas. No, no es la ceguera, pero todas las constelaciones yacen muertas, hace siglos, sobre una alfombra de mármol del color de las lilas.
Febrero de 2007

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Es que las estrellas que vemos, bien sabemos que muchas de ellas fenecieron hace millones de años...
Y esa bòveda celeste tal vez sea producto de la fantasìa de poder encontrar alguna que sea "ella".
Plena de incertidumbres, te abrazo, Rafa

Anónimo dijo...

Las estrellas, decían los sabios antiguos, no estan tan muertos, sino que rigen los destinos de los humanos, desde lo lejos.