sábado, 9 de febrero de 2008

El sueño de una noche de verano


Rendido a la noche en vela,

El recuerdo que cautiva mi memoria,

Se expande derrumbando las ruinas

De un frío firmamento sin estrellas.


Sudo,

A sangre y fuego,

Por la llaga que se abre en mi costado

Y, a ratos,

Por la lengua…

Como los perros.


A lo lejos,

Como un presagio,

Se percibe el rumor nauseabundo

Que desprende el camión de la basura,

Y el bálsamo de los golpes de martillo

Que el heroico vecino del tercero

Descarga sobre la inusitada alarma

Que hace como dos horas y tres cuartos

Se disparó con infame violencia

Desde el supermercado que hay enfrente.


Sólo por no vomitar,

Por mor del miedo que me infunde

Mi fúnebre y fundada apostasía

En todas aquellas cuestiones

Que conciernen al reciclaje,

Me masturbo imaginando

Que yazgo sobre el suelo de un burdel

Babeando mi sucísimo aliento

Por debajo de las bragas de encaje

De Audrey Hepburn en blanco y negro.


Onanismo formulado en un cadáver

Tan añejo

Que polvo al viento,

Pero al fin y al cabo

Yo,

Que también me siento muerto,

Me digo,

Perpetrándome otra dosis amarga

De mi infecto y brutal sarcasmo:

Polvo al polvo”

Sin prestar la menor atención

A la nueva mancha seminal

Que bien pronto adornará

Otra flor de la marchita alfombra.


Un borracho escandaloso,

Que va cantando “Nostalgias

De escuchar su risa loca

Y sentir junto a mi boca

Como un fuego su réspiracion”,

Patea con saña al gato

Que adoptó en los Idus de marzo

Al dueño del bar de la esquina;


Hago un gesto de aprobación

Que él no puede percibir

-Y tampoco el gato,

Que huyó pavorido-

Desde el fondo desangelado

De su botella medio vacía

Para agradecérselo en el alma;


Yo también necesito,

En esta noche infernal

De principios de septiembre,

Patear seres vivos

Para sentir el supremo placer

De una relación sincera.


Puedo escribir

Los versos más tristes esta noche

Pensar que te me has muerto

O también que sigues viva,

Durmiente ajena a mis sueños.


Un destello

Y la estridencia del trueno

Prometen aliviarme del bochorno;


Con las primeras y escasas gotas,

Me arrastro con pereza hasta el balcón

Ávido por cubrirme el pelo

Con el barro del polvo sahariano

Que fue previsto con certeza

Hace la friolera de tres días

Por los servicios meteorológicos.


Otra promesa más en vano.

Pero aprovecho

Para orinar en las macetas

Y mato dos pájaros de un tiro.


Antes de volver adentro,

Escupo al borracho en la joroba

Tras varios intentos frustrados

De acertar en la boca de la botella.


Profiere un “mecagoendios

Que le dedica a mis muertos

Y se pierde tras la esquina

Tambaleando esperanzas.


La mías

Las coloco a mal recaudo

Cuando bajo las persianas.


Engullo dos Johnnie Walker,

Black label,

Mientras se me viene a la memoria

La imagen de Marilyn

Con la falda levantada por el viento.


Turbio onanismo suicida.


Septiembre de 2006

3 comentarios:

Anónimo dijo...

En este extenso y gran poema, permíteme que me quede con esto:


Sudo,
A sangre y fuego,
Por la llaga que se abre en mi costado
Y, a ratos,
Por la lengua…
Como los perros

Me parece impresionante.

Un abrazo Rafa, hoy te has vuelto a derramar.

Anónimo dijo...

Demasiado gris Rafa...menudo sueño para una noche de verano...vuelve a tí, seguro que hasta tú te echas de menos.
Mil besos.

Anónimo dijo...

Un poema provocador y sórdido, cargado de sentimientos; me has recordado a Charles Bukowski.

Un besote