lunes, 4 de febrero de 2008

Los cimientos del vértigo


Qué horror sentir estas ansias

En las aguas, sin mar, de la impotencia,

Este pesado anhelo de ser ala

Anclado de plomo en sus venas,

Estas náuseas

Contenidas, estos pasos

Quebrados de antemano.


Es espantoso.


Qué tristemente huero

Sentirse vagabundo en un vergel marchito

Que, habiendo podido ser primavera,

Ya no es más que subsuelo,

Ni siquiera un presagio;

Y tanta sangre muerta maldiciendo en tropel

El tacto de un canto inocente

Que en el tiempo se tornó veneno,

Ceniza estéril calcinando, roca

Forjando silencios a gritos

-Piedra filosofal aberrante

Urdida en un caos sobrevenido-.


¿Dónde cabe enterrar tanta hecatombe,

Tantos años luz de opacidades,

Tanto afán decapitado?

¿Cómo disponer de nuevo de una voz en lontananza,

De un crepúsculo rompiendo las sombras,

De un derroche sin precauciones?


Estaban las cartas marcadas,

No pudo ser de otro modo,

Lo sé,

Pero es tan injusto capitular eternamente,

Ser epílogo no engendrado,

Caminar y caminar sobre las mismas huellas

Cuando ya fueron barridas hace un absoluto

Por la inconmiseración de las mareas.


Resulta insoportable transmitir tanto espanto,

Ser esencia de eclipses,

Eco de sangre, hecha pedazos,

Salpicando, corrosivo, los celestes.


Qué horror sentir estas ansias

Cuando se ha parado el tiempo, y los muros

Se han adueñado del alma.


Qué horror.



Fotografía: Hermin Abramovitch.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué horror...me confundí de post.(el del post de google en la papelera, es mío).
Y desde luego es un gran horror sentir como se siente el poeta.
Menos mal que el no-poeta desahoga el espanto de ese horror.

Un beso mareado.

Anónimo dijo...

Como siempre que te leo, una pátina de desdicha, de dolor, de insatisfacción y de rebeldía -¿cómo no?- me manchan las retinas con la furia del que clama en el desierto.
UN ABRAZO, RAFA

Anónimo dijo...

Los muros del alma..esos que aislan más que proteger (nos).Un poema que estremece y conmueve en igual medida.Impactante.

Un abrazo

Anónimo dijo...

Joé Rafa, que entre la música y el poema no puedo contener la conmoción en mi pecho. Me has despellejando deliciosamente.

Qué magnífica combinación.

Un besazo, grandote

Anónimo dijo...

Que horror realmente Rafa dá la sensación de impotencia, esos muros espantosos...que bien lo describes poeta...
Dulces besos.

Anónimo dijo...

Tantos años luz de opacidades...¡ cómo me ha gustado esta frase !.
Por cierto, Rafa, y demás Bloggeros, no os olvidéis del II concurso de suspiros del trastero...
http://eltrasterodelaimaginacion.blogspot.com/