domingo, 18 de mayo de 2008

Oí tu voz en el jardín, y tuve miedo


Bajo el sordo tañido
Que coagula las llamas
La flor se muda en piedras
Y el pájaro en ergástulas.

Oh ejércitos de herejes
Que alzáis en copa alfanje
El aire vegetal
De un líquido aquelarre,

Oh bocas que cantáis
A una luz de manzanas,
¡Quemad las aras tristes
Que encenagan el agua!


Ilustración: Adán y Eva, de Rubens.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Quiero arder en el infierno y desaparecer...

Anónimo dijo...

Arder en el "infierno" es lo mejor que nos puede suceder. Si al fin nos desharemos en cenizas que serán dispersadas por el viento sin que quede un mal vestigio de lo que fuimos, mejor arder que consumirnos lentamente.

Un beso.

Anónimo dijo...

Rafa, me he quedado con la boca abierta después de leerte porque no hay ninguna diferencia entre tú y los clásicos.

No te doy coba. Creo que cuando te dejo comentarios más bien te doy caña y te llevo la contraria, pero esta vez, me callo. No digo nada.

Un beso muy grande.

Anónimo dijo...

Hola primo.

Conceptista culteranista, de la escuela onubense fundador: mi primo.

Presumiré de ti cuando aparezcas (pronto) en los libros de texto.

Abrazo coagulado en un aquelarre alfanjado ; D

Anónimo dijo...

UF, QUÉ BUENOOOO, YA DESDE EL MISMÍSIMO TÍTULO!
ERGÁSTULA, AQUELARRE, ALFANJE...QUÉ TRIO.
MADRES MÍA, TÚ TERMINAS VOLANDO.

Por cierto, así por lo -bajini-, lee de nuevo mi poema a ver qué tal ha quedado ahora.

Un beso, grandote, grandísimo.

Anónimo dijo...

Rafa, muchos de tus poemas me recuerdan mis clases de inglés, que jartá de cultura, quillo, que los tengo que leer con diccionario, ¿ergástulas?, ¿no podías haber dicho barracones, celdas?...en fin, que grande eres.