miércoles, 5 de noviembre de 2008

Cuando ya tus cabellos palidezcan


Aunque tú nunca alcances a saberlo,
Cuando ya tus cabellos palidezcan
Y no sea mi memoria más que un légamo
Brumoso y desteñido en tu crepúsculo,
Mi ocaso habitará junto a tu lecho.

Aunque tú no me sientas a tu lado
Ni escuches de mi boca enmudecida
Los cánticos que siempre entre mis labios,
Silentes se abstuvieron de nombrarte,
Tu nombre alentará mi último verbo.

Aunque ya no recuerdes quienes fuimos
Y no sea yo siquiera ni un fantasma
Que vuelve cada doce de febrero
Buscándose en tu voz por un instante,
Fatuo susurro, te tendré en mis sueños.

Que, fiel, cuando presiente al fin la muerte
Regresa a casa el perro apaleado
Buscando esperanzado la caricia
Que nunca recibiera de su dueño.


7 comentarios:

Amaterasu dijo...

El amor en los tiempos del cólera.... no existe

Milena dijo...

Es precioso, Rafa

Suscita el deseo irrefrenable de extender las manos y acariciar ese, su grisáceo pelo.

Un abrazo, amigo

Capochoblog dijo...

Se podría interpretar tanto con este poema... pero me enganchaste con la foto.

Tuve una perra que era igual, Shantall... y se me arrugo el corazón porque si hay algo que he amado en la vida ha sido a ese animal que murió el año pasado... Al menos ahora me queda la hija (Mafalda) pero no es lo mismo...

Besos :(

Dolo dijo...

Ay, esa foto del perro me ha llegado al alma. Los animales tienen la capacidad de producirme una ternura, que sólo los niños pequeños igualan.
Tuve una perra a la que quise mucho, y se parecía un poco al perro de la foto. Ahora tenemos un gato,y es como uno más de la familia. Todos lo queremos un montón.
Esta vez la foto le ha quitado protagonismo al poema, injustamente, porque es precioso.
Saludos, Rafa.

Anónimo dijo...

Qué bonito Rafa!
¿Dónde guardas el tormento, dónde las palabras? Tu "tumba" debe de ser muy profunda.

Feliz noche y un abrazo.

Anónimo dijo...

Te digo como Nany, me ha matado la foto, siento adoración por los animales...
Bellísimo Rafa

Anónimo dijo...

Me has recordado a mi padre con sus 90 tacos a cuesta, olvida cosas, le fallan las fuerzas...la foto una delicia y el poema genial, como todos los tuyos: emocion y sorpresa, a partes iguales...un fuerte abarzo.