sábado, 13 de diciembre de 2008

A golpes de salitre


Desde mi templo yermo
Escucho al río golpeando.
Abismos sin garganta
Se elevan insalvables a mi paso.
Devoran mis periplos
Vedando sus riberas a mis salmos.

Para alumbrar la sal
Sólo me queda el canto,
Para apagar mi sed
No más que el llanto.

4 comentarios:

UMA dijo...

Siempre hay que llorarlo hasta agotarlo todo..
Pero tambièn saber que a veces somos nosotros mismos quienes elegimos lo 'insalvable al paso' tal vez para aprender algo-

Si para recobrar lo recobrado
debí perder primero lo perdido,
si para conseguir lo conseguido
tuve que soportar lo soportado,

si para estar ahora enamorado
fue menester haber estado herido,
tengo por bien sufrido lo sufrido,
tengo por bien llorado lo llorado.

Porque después de todo he comprobado
que no se goza bien de lo gozado
sino después de haberlo padecido.

Porque después de todo he comprendido
por lo que el árbol tiene de florido
vive de lo que tiene sepultado.


Francisco Luis Bernàrdez.

Un abrazo Rafa.

Anónimo dijo...

Después de lo que te ha dicho Uma, ya no tengo más que añadir.

¿Una cervecita, para la sed? Yo te invito

Un besazo

Anónimo dijo...

Genial, en pocos versos transmites mas sabiduria que muchos en voluminosos libros y parrafos parragosos...canto y llanto como una soleá.
Un abrazo.

Estoicolgado dijo...

esto sí, siempre
grande

gracias