lunes, 9 de febrero de 2009

En el retrovisor



En el retrovisor, mis ojos rojos
Delatan un amargo llanto
De sed, de sal y olvido.

No hay signos que aún anuncien
El filo gélido del alba
Rindiendo el estertor de las estrellas;
Mas nunca han precisado mis pupilas
Augurio diferente al de las lágrimas.

Se mezcla su sabor, cuando las trago,
Al jugo corrosivo de las náuseas
Que suben a bocados y zarpazos
Del fondo de la entraña a la garganta
Nublando así mi grito en frío sollozo,
En tanto que el asfalto, gris, me acerca
A un nuevo amanecer sin luz y sin motivos.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Bellos Rafa!
El retrovisor sólo te mostrará lo que va quedando atrás, concéntrate en el delantero; tal vez al final del viaje tengas una sorpresa. No olvides que el asfalto tiene curvas impensadas.
Besos

rosa_desastre dijo...

¿que tal....un viaje a la esperanza?
y mi abrazo de sol.

Piel Fugaz dijo...

Hoy tengo el síndrome de mamá gallina. ¿Estás bien Poeta?, de corazón espero que sí.

¡Qué inspiración! definitivamente lo tuyo es una bendición del cielo.

Abrazos