martes, 24 de marzo de 2009

Moradas




“La mujer que amé se ha convertido en fantasma.”
Juan José Arreola.

Tras consumarse el doloroso desahucio por el cual ella lo apartó para siempre de su vida, llegó a pensar que nada tan espantoso podría ya acontecerle en adelante. No necesitó mucho tiempo para comprender que aún mucho peor que aquella intemperie taladrando acerada sus ruinas, era no encontrar el modo de desalojarla de su memoria.

7 comentarios:

María Narro dijo...

pero es que de tu mente también la puedes echar, sólo tienes que quererlo y abrir los ojos de nuevo.

un beso.

Caminante dijo...

Se convirtió en la heroína de fábula y dejó de ser la mujer que realmente fue.
Un abrazo y, si vas de presentación de libro, que lo disfrutes. PAQUITA

Anónimo dijo...

¡Qué bonito, hijo! Enternecedor.
¡Con la memoria hemos topado...! No lo veo tan fácil como María Narro, ojalá, o no, ¿qué seriamos sin los recuerdos?


Un abrazo grande.

mardelibertad dijo...

Los momentos no vuelven si los recuerdos.
Saludos

Anónimo dijo...

....pero yo solicito un desenlace especial para vosotros, a la medida de vuestras almas.

(parafraseando a Arreola)

Besos
dafne

Anónimo dijo...

Y porque el huir de los recuerdos, solo el castillo desmoronandose en la laguna puede esconder los secretos...un abarzo.

Khumeia dijo...

No, no es desalojarla de la memoria la respuesta. Es comenzar a recordarla sin dolor. Tic tac, tic tac... Tiempo.