sábado, 30 de mayo de 2009

Tres (monólogo a dos lenguas en la Luna)


Tú siempre quisiste pensar que era tarde, en tanto yo, torpemente, trataba de construir para nosotros un tiempo que, a pesar de haberse perdido, aún nos pertenece. Siempre, hasta el fin, hay tiempo; basta con volver a darle cuerda al reloj. Pero yo ya sólo tengo muñones y sombras que pesan como lo pretérito sobre mi espalda desgarrada de ángel caído. Y ahora todo depende de ti y de tus testamentos. ¿Podrías, antes de que el notario de fe del óbito solemnemente, legarme un abrazo en vida? Te esperaré hasta la tumba. Un beso.

La rana azul.


25 de octubre de 2007

4 comentarios:

dafne dijo...

QUE BONITO!!!!!!
Me gusta como planteas el tema del tiempo,una a veces piensa que ya es tarde o que no habrá tiempo y siente angustia por ello, incluso juega escribir sobre la necesidad de crear un nuevo tiempo,que no sea ni el tuyo ni el mio ,,sino el nuestro.
Sabes....las ranas azules son venenosas,muy venenosas.
No hay maldad en ellas,con su color diferente avisan de su peligrosidad..pero claro ..son tan atractivas.Que sus besos son dardos envenedados.

Besos

María Fernández Lago dijo...

Las bocas puestas me deja con la boca abierta.
Saludos

Dolo dijo...

El tiempo, el tiempo, el paso del tiempo, mi gran obsesión...
Tu escrito me ha sugerido una frase-poema de Antonio Machada es que es una de las frases que más me gusta: "Hoy es siempre todavía".
Besitos, Rafa!!!

Anónimo dijo...

En vida; un abrazo y un beso