jueves, 20 de agosto de 2009

Amor platónico


Tras una larga noche danzando al paso que en todo momento le marcaron las Ménades, la resaca resultó brutal al alba. No obstante, ni esa ni ninguna otra mañana podía permitirse dejar de ejecutar la labor que le había deparado el destino. Por otra parte -"¡qué demonios!"-, su condición de dios lo hacía infalible. Aun así decidió que no era mala ocasión para hacerlo por primera vez sin venda en los ojos; la visión de lo cierto nubló todos sus sentidos. Con el primer flechazo le destrozó el sexo. Había sucedido lo que no parecía posible: había fallado. Encolerizado por la irreverente aberración perpetrada, armó de nuevo el arco; esta vez no falló.

4 comentarios:

Alma dijo...

Y tanto que no falló, a mi me ha dado pero bien, ¡me cachis! ya podría haber fallado o haber apuntado también en la otra dirección, ¿o quizás lo ha hecho?... ya te diré

Besos platónicos

Prometeo dijo...

Y tu no fallas con tus escritos, buenos y siempre con alguna leccion encerrada en las lineas y entre lineas...un fuerte abarzo.

dafne dijo...

Mmmmm....primero el sexo? y después el corazón? pues también,casi más creible.

besos

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo con dafne; puede ser; de hecho es, a veces: primero el sexo y luego el corazón...
xxx

:) Reina