viernes, 9 de octubre de 2009

Yuigon


Mis poemas son pésimos, lo admito.
Se nutren de la urgencia en lo precario,
Y ahí pierden su sentido:
La aséptica distancia
Que dota de excelencia a la poesía.
Pero eso me la suda, compañeros.
No escribo por ganarme así la vida,
Tampoco para ser memoria póstuma,
Ni lo hago por abrirme un sucio hueco
En este basural que es ya el Parnaso.

Nunca lo hago a favor, siempre escribo a la contra.

Escribo contra el mar, contra la muerte,
Contra este afán sin tregua de holocausto
Que anega mis anhelos más profundos.

Escribo contra lo imposible,
Contra
La voz de los silentes.
Mi verso brota a arcadas,
Nauseabundo,
Quebrado, inadecuado,
Tosco, anómalo:
No cabe perfección que alumbre el vómito.

Quizá por tal motivo,
Rendido a la conjura de los necios,
Escribo esta elegía entre penumbras,
Con la pluma en la izquierda,
Y en la diestra, el cuchillo.

1 comentario:

Piel Fugaz dijo...

Ato mis tobillos (por aquello de la honra) y te sigo.

Buen fin de semana.

Abrazos.