lunes, 30 de noviembre de 2009

El lugar de la herida


Tú eliges el lugar de la herida en donde hablamos nuestro silencio.

Alejandra Pizarnik

Nunca nada un dolor
tan hondo prolongado y pertinaz
tan vasto y deletéreo
como este contumaz silencio a voces
con que armas tu desprecio

Dignidad


Discreta en maquillaje y bien vestida
Con náuseas rebuscaba en la basura
Algún resto producto del dispendio
Que aún fuese aprovechable en su miseria

Protervo un transeúnte que ese instante
Casualmente se hallaba en mi camino
Con un guiño queriendo hacerme cómplice
Me dijo con vehemencia terminante

“En vez de andar hurgando en la inmundicia
Haría bien vendiendo piel o abrigo
Yo fui durante un tiempo peletero
Y sé que sacaría un buen dinero”

Mirándolo afligido y con renuencia
Seguí adelante sin decir palabra
Pensando en que quizá llegase el día
Que hubiese aquella lánguida señora

Sin fuerzas que humillarse a aquella venta
Dejando arrebatarse por los buitres
La escasa dignidad que aún conservaba
Ungida con su abrigo de piel vuelta

domingo, 29 de noviembre de 2009

Agnosticismo


Pulso el interruptor
Se hace la luz
La misma extraña luz
Sin sombras
Siempre
Siempre
Parejo esbozo en la retina
Falaz confirmación
De un mapa inmarcesible

Por encima del bien
Y el mal

De espacio y tiempo

Pulso el interruptor
Holgado gesto
Y un resplandor sin mácula
Chorrea por las paredes
Borrando
Pesadillas

Tacto
Sueños

Me siento igual que un dios así es el Hombre
Del próspero occidente
Feliz como un idiota
Si todo guarda un orden
Y parece hacedero
De rejas hacia adentro
De su adosado exánime

Pulso el interruptor
Pero esta noche
Ya no se obra el prodigio el gran milagro
De la energía eléctrica
Se ha fundido en la altura
La jodida bombilla
Abriendo entraña y puertas
A la duda al espanto

Fotografía: Peter Wienerroither

sábado, 28 de noviembre de 2009

Vertical


Trepar a uñas y dientes, trepar, salir del pozo:
Este anhelo proscrito
Entre el ayer y el nunca.

no plea / sin alegato (un poema de Isabel Guevara)


NO PLEA




to Rafael –from Ramtha-
for “finding value, not in conquering this kingdom
but in conquering ignorance”




new city - - - - you…
certify nothing

not even how you were created assisted
and consumed

you transcend yourself
as the loved one
as the lover


without pondering if you are the result
of a copulation
of superior beings

but you declare, yes
to re-discover yourself in the episode of the absence
between skin and bone

-your breath knows of not being dressed with scraps

________________________________________

SIN ALEGATO





a Rafael –desde Ramtha-
por “hallar valor, no en la conquista de este reino
sino en la conquista de la ignorancia”



ciudad nueva - - - - tú…
no certificas nada

ni de cómo fuiste creado asistido
y consumido

te sucedes amado
te sucedes amante


no ponderas si eres el resultado
de una cópula
de entes superiores


refrendas, sí
re-descubrirte en el episodio de la ausencia
entre la piel y el hueso

-tu soplo desconoce del acicalar mendrugos


viernes, 27 de noviembre de 2009

Execración


Toc toc toc un fantasma
Llama a tu puerta ¿escuchas
Sus gastados muñones
Con espanto golpeando
A destajo el vacío?
¿Sus ansias náuseas vértigo
A lo cóncavo atándolo?
¿Su súplica a Azazel
Clamando por un soplo
Ardiente que le otorgue
Un cuerpo un sueño un labio
La piel la voz sus huellas
La luz que en los espejos
Lastrada de desprecio
Se hundió traspapelada?
¿No escuchas, no me escuchas?
Por sólo un eco breve
Te entrego el alma a saldo

Toc toc

Toc toc toc



Toc





Toc

Gravedad


Se han vuelto a complicar las cosas.
Es cierto que las aguas parecieron
Volver hasta su cauce por un tiempo:
Puro espejismo;
Sigue la sequía.
Sin embargo en el cielo
Nubarrones hambrientos
Amenazan tormenta:
Sediento el más postrero
De los granos de arena.

jueves, 26 de noviembre de 2009

Remembranzas (II)


La ausencia es una sierpe
Que anida en el silencio de la noche

(Otórgame una tregua
Son celeste
Que calme en su clamor la guerra fría
Tenaz de tu desprecio)

* * *

Con hielo y sal cegando la pupila
Contemplo la augural fotografía
De aquella vasta noche en el solsticio
Preñando el corazón de despedidas

* * *

Sobre un altar de hielo y sed pagana
Con vocación de hoguera en sus cenizas
Oficia el sacrificio de la sangre

Las vísceras aún vivas
Desahuciadas
Del cuerpo que habitaban
Se estremecen

A la espera de un ángel que detenga
El eclipse de luna

El ala en el destiempo
Sin embargo
Talada se hizo infierno y holocausto
Y el corazón

Cordero

* * *

No cabe aquella fecha en la memoria
Sin ayer ni mañana
Hoy
Es siempre

miércoles, 25 de noviembre de 2009

Remembranzas


La flor de aquel deseo
Antaño en carne viva
No es más que un esqueleto
Hambriento devorando
Pulmón aliento labio
La lengua de un cadáver
Enjambre de gusanos

* * *

Hombre
Que es lobo al hombre
Sus desdichas sin luna
Han malogrado el cántico

* * *

Aúlla el tren
Cae la noche
Hay sal en los cristales

* * *

La escarcha en la paulonia
Me trae a la memoria un no sé qué
Talado

martes, 24 de noviembre de 2009

Noche de eclipse


Sobre el brocal del pozo,
ciego aguarda la lumbre
de un reflejo abatido.

Qué dolor de aguas negras.
Qué azogue en las pupilas,
soga suelta al vacío.

En el vientre del pozo
se consume en la espera
un espejo sombrío.

Loa al odio


Tras una eternidad, sin resultados,
Queriendo doctorarme en ciego olvido,
Hoy trato de aprender modos de odiarte.

Ya sé que no será el odio una adarga
Con nervio suficiente frente al hierro
Violento y pertinaz de tu desprecio,

Mas puede ser cauterio al desarraigo,
Al ser un sentimiento austero y firme
Que no requiere ser correspondido.

lunes, 23 de noviembre de 2009

La fuerza de los elementos


Anhela el corazón, roto y gastado,
mudar, raudo, en diamantes sus mitades,
mas, lento, se desgrana en diminutos
y frágiles coágulos de arena,
desértico, sin brillo, desolado.

domingo, 22 de noviembre de 2009

Tanka para Isabel


A borbotones,
La fuente del deseo
Mana sin tregua.
Su grito herido riega
La flor de la memoria.

sábado, 21 de noviembre de 2009

Guiñapos


Se ha cerrado una puerta.
Mordaz trepó la hiedra por sus huellas,
Secándola, fundiéndola al vacío,
Ahogando sus aldabas.

Colmando los abismos que divide,
Dos golpes contenidos de llamada
Estallan hacia adentro, el lodo, el frío,
Talados, olvidándose, olvidados;

Y, al tiempo en que maduran sus pingajos,
Los muros de una hoguera se desploman
Pariendo entre las ruinas un presidio
Sin rejas,
Sin candados,
Sin distancias;
Con sólo un miedo antiguo en los cimientos
Que anega umbral y sangre atestiguando
Que esta atroz pesadilla
No es un sueño.

jueves, 19 de noviembre de 2009

Posguerra



A L., todavía.

Al fondo del asfalto,
Allí donde, obstinadas,
Las ruinas del lenguaje
A la ciudad desmienten,
Talado escupe vértigo el vencido.

Levántate y camina, no te rindas,
Aún puedes dar batalla,
Sigues vivo
–se dice, mas claudica a la sentencia
Silente que sepulta sus motivos:

La vida no se pierde en las derrotas,
Deserta y nos traiciona en el olvido.

miércoles, 18 de noviembre de 2009

Luces ciegas


Las luminosas mañanas
De desayuno y sonrisas
Se agostaron olvidadas
Entre la espera y la prisa.

Y en la mar desesperada
De mi renuncia sumisa,
Como luna ya menguada,
Sólo ocasos se divisan.

Luz de mi faro apagada
Desde que tú has renegado
De su brillo en tu mirada.

Luz de tus ojos que brilla
Como cuchillo en mi entraña
Asombrada en pesadillas.


Octubre 2007

martes, 17 de noviembre de 2009

La jarra


AYER, por la tarde, una vez más, volví a recorrer la enorme distancia de asfalto y silencio que me separa de tu casa, para tratar de verte a escondidas a la hora en la que pensaba que regresarías de la biblioteca. Estuve agazapado frente a tu portal no sé durante cuanto tiempo. Pero no regresaste. Cuando ya comenzaba a oscurecer e, inesperada, se iluminó una de tus ventanas, emprendí el camino de vuelta cargando en las espaldas de nuevo mi tristeza.

De camino me pasé a saludar a Cristina, mi buena amiga Cristina, tal vez ya la única que me queda –recordarás que en algunas ocasiones, cuando aún me soñaba a tu lado, te hablaba de ella. Sabía que anoche era la suya la farmacia de guardia.

Llovía.

Aprovechándome de su confianza, y a hurtadillas, tomé prestadas varias cajas de ansiolíticos de esos que, más que tranquilizarte, hacen desaparecer el mundo que tienes a tu alrededor de lo intensamente sedado que acabas estando al poco de ingerirlos. Su resultado es apabullante, demoledor. Podrían hacer dormir durante varios días a toda una manada de caballos salvajes. Lo sé porque lo he observado miles de veces durante los largos años en los que se los estuvieron prescribiendo a la buena de Manuela. Afortunadamente, ahora, está mucho mejor. Una de las cosas que más angustia me ha hecho sentir a lo largo de mi vida, aunque no la que más, ha sido que nunca hayamos podido entendernos realmente, a pesar de haberlo intentado con desespero, más ella que yo.

Pero ya es tarde.

Después me fui de putas. Igual te resulta increíble, pero ha sido la primera vez en toda mi vida. Estuve con Nadja, una hermosa chica rumana de diecinueve años, delgada, no muy alta y de largos cabellos rubios, que, a pesar de su cara de niña, aparenta ser, supongo que por el maltrato y los abusos que ha debido sufrir a lo largo de su corta vida, mucho mayor y se muestra mucho más madura de lo que le correspondería por su edad. Nadja es una mujer, dulce y amable, llena de buenos sentimientos; no dejó de sorprenderme poder encontrar a personas tan humanas como ella en la miserable sordidez de un prostíbulo. Pero, pese a su dulzura, finalmente no hicimos nada. Ella, aparte de cordialidad y sexo, no me podía ofrecer otra cosa. Y lo que yo necesitaba, también en esta noche, era sentir cariño, la fuerza del afecto penetrando por mi piel y corriendo de nuevo por mis venas. Pero nada de eso puede comprarse. Creo que cuando se despidió de mí con una gran sonrisa no exenta de un rictus amargo, le había transmitido, sin intención, parte de mi tristeza. Lo vi en sus ojos verdes. Y lo lamenté profundamente.

En el propio burdel compre una dosis de caballo y me la metí en la sangre rodeado por la mugre añeja de los servicios. También ha sido la primera vez. Fue horrible lo que tuve que hurgar con la aguja hasta alcanzar a encontrarme la vena. Y el fuego que, aunque me sintiese anegado de frío, me recorrió cuerpo y alma cuando la puñetera droga comenzó a circular desbocada por mi torrente sanguíneo. Vomite con violencia. Como no lo había hecho nunca: Y me dolían todas las entrañas. En cierto modo fue un alivio.

Tras regresar a casa, completamente destrozado, tampoco esta noche he logrado apenas pegar ojo. Hace varios meses que no lo consigo durante más de una hora seguida, en realidad no suelo dormir más de ese tiempo en toda la noche, me desvela saber que tu ausencia lo será ya para siempre. Y estoy cansado, muy cansado. Me da mucho miedo la muerte. Pero aún mucho más pavorosa es esta vida sin sentido esperando en todo momento sin esperanza, yo que ya nada espero, el fulgor de un relámpago que apacigüe, al menos por un instante, el intenso, agudo y permanente dolor que en mis pupilas ocasiona esta oscuridad de abismo en la que me encuentro sumido. Pero a este desierto en el que deshabito jamás llegaron los ciclones.

Ahora son poco más de las seis de la mañana. Estoy sentado en el salón de mi casa. Solo. Sobre la alfombra. Todos duermen. Tengo a mi lado el portátil que compré no hace más de una semana. Escribo cosas de vez en cuando, aunque no sé muy bien lo que trato de decirme. No puedo evitar pensar que adquirirlo ha sido tirar el dinero. Aunque eso ya nada importe. Sé bien que, por los demás, por ti, no tengo derecho, no debería hacerlo. Pienso en mis hijas, en Manuela, en los amigos, en el dolor que, sin duda, se les derrumbará de súbito encima cuando me marche prematuramente. Sé que aún hay gente que me quiere, aunque yo ya sea incapaz de sentir en mí ningún afecto ajeno, y que sentirá amargamente mi ausencia durante algún tiempo. Pienso en ti. No, no tengo derecho a hacerlo, pero me puede más el deber imprescindible de no continuar sufriendo. Y ya no soy capaz de imaginar ningún otro modo de lograrlo. Lo he intentado ya todo con el fracaso y la frustración como únicos resultados. Necesito descansar de una vez por todas. Y estoy cansado y tengo sueño, mucho sueño.

Estoy desnudo. Hace frío.

Frente a mí, sobre el terrazo que no alcanza a cubrir la alfombra, se encuentra el tentador recipiente de plástico que contiene en su interior mi salvación definitiva. Lo miro fijamente durante no sé cuanto tiempo, demasiado en cualquier caso –pienso. Acabo de alojar en la palma de mi mano las dos primeras de esas píldoras. Son bastante grandes. Y de color celeste. Un poco menos claras que tus ojos. Estoy temblando y me duelen las piernas. Sudo. Sudo a borbotones. Como cuando iba en busca de tu calor y sólo lograba resbalar y caer de bruces con violencia sobre el hielo de tu desprecio. Cuántas manchas de sangre han quedado para siempre sobre el hielo, cuántas manchas de frío sobre mi piel; penetrándome, anegándome.

Ya está: he conseguido tragarlas. Tras hacerlo no he sentido miedo; es gratificante, al fin, no sentir miedo. Pero no ha dejado de ser un mal trago. Me ha costado un esfuerzo colosal y he sentido como me desollaban de arriba a abajo el aliento y la garganta. Aún es de noche, las siete y trece de la madrugada; debo darme prisa, no quiero que cuando comience a clarear el alba, los tonos rojizos de un nuevo amanecer tintando el horizonte puedan llegar a hacer que me arrepienta. No quiero volver a tener dudas. Ni más miedo. Pero, para poder decirme adiós definitivamente, tendré que ir a por una jarra de agua a la cocina.

Febrero de 2007 / noviembre 2009

lunes, 16 de noviembre de 2009

La curva de tu espalda

A Vivian


La curva de tu espalda marca el norte
a un sur plácido y fértil de humedales
donde ha de ser mi boca fiel consorte
del oasis de tus labios connubiales.
La curva de tu espalda, el pasaporte
que lleva a esos espasmos cardinales
que empujan a saltar como un resorte
mi sed en marejadas seminales.
La curva de tu espalda, agreste Averno,
portal hasta la flor de un inframundo
tan lúbrico, excitante, abierto y tierno,
tan cálido, ancángélico y profundo
que, aun no portando el ala de lo eterno,
me eleva, hasta la gloria, inverecundo.

Fetal


(Versos para Elsa)

El canto, pulmón de acero
que, en esta atroz tetrapléjia
de sueños sin horizontes,
me impele a que, entre el salitre,
aún respire a duras penas.

El verso, bálsamo y llaga;
guadaña segando el hálito,
mas para el muñón muleta;
una rendija en la noche
y eclipse total de estrellas.

El verso, grito en las venas,
el verso, lengua cortada,
maldito y acerbo harapo
que contiene la hemorragia
de los sueños degollados.

Elegía


No cabe este dolor en tanto mundo,
En tanta podredumbre a vida o muerte,
Con sus cinco sentidos, puro nervio,
Abiertos como abismos al silencio.
El cántico no alcanza a mitigar
El perro desaliento que amortajan
Los sádicos bozales de la nada,
Y el aura inmarcesible de una flor
Que ya mudó el otoño en gris ceniza,
Usurpa sus matices a los sueños.
La sal seca entretanto el horizonte
Dejándolo en muñón, reflejo ciego
De un ala que, truncada, cae a plomo
Sobre un osario mórbido y maldito
Que hincando sus esquirlas al lenguaje
Lacera los aullidos y los cambia
Por un gemido sordo que se espesa
Y anega en su ponzoña la garganta.

domingo, 15 de noviembre de 2009

Sucio el cabello


Cuán absurda es la búsqueda sabiendo
que más allá del tránsito precario
del sol rendido a Sedna
no hay respuestas.

sábado, 14 de noviembre de 2009

Desbocado


Febril corro,
Demente,
Tras tus pasos,
En sueños,
De estallarme
Las piernas,
Doloridas,
A punto.
Mas te alcanzo,
Mi sueño,
Y, a pesar del dolor,
Febril corro,
Rabiando,
Descompuestas
Las piernas;
Da igual, tan sólo ya a un
Paso
Te tengo, te
Tengo,
Ya llego, ya
Llego,
Te alcanzo, mi
Sol, mi sueño;

¡DESPIERTO!,

Y, estancado, el muñón
Se evidencia
Doliendo.

viernes, 13 de noviembre de 2009

Estatuas


Movido por un pálpito animal
La vista dirigió hacia la ventana
Al, ciego, presentir tras la penumbra
La estela de una luz ya sepultada.

Y entonces, aunque ausente, apareció
Mirándolo al pasar sin vislumbrarlo.

No supo en ese atroz y exiguo instante
Si alzar su vuelo huyendo tras la aurora
O, en cambio, bajo el légamo enterrar
Por siempre los vestigios de sus alas.

Autobiografía


Qué decir
- - - - - - - - ya de mí
Que fui dado por muerto,
Que fui sin miramientos
Borrado,

- - - - - - - condenado
A vagar como sombra
Que recusa el azogue
Y se humilla impotente
De antemano a las ruinas
Que devora el destiempo;
Qué decir ya de mí,
Porción de un basural
De salmodias sin eco,
De horizontes perdidos,
De acallados lamentos.
Qué decir si no soy,
Qué decir,
-- - - - - - - - nada digo.

jueves, 12 de noviembre de 2009

Aunque ya nada importe


Que al alba no existiesen.
Que al alba, al despertar
De esta atroz duermevela
Detenida en las ansias
Que eterniza el recuerdo,
Jamás en mi memoria
Hubiesen existido;
Y así poder partir
Sin cargos de conciencia
Ni vínculos de sangre
A los vastos jardines
Donde habite el olvido
.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Planeta rojo

(Despedazando a Manrique.
O de Cronos
devorando a sus bastardos)


Nuestras vidas no son ríos
que vayan a dar al mar;
no son más que cauces secos,
llagas de espanto, de sal,

que en su inercia sin destino
tan sólo podrán cerrar
cuando muden en Leteo
vacuo, yermo y mineral.

martes, 10 de noviembre de 2009

Presentación de "Croniria", de Raquel Lanseros



Leocadio Marín Rodríguez, alcalde del Excmo. Ayuntamiento de Baeza, se complace en invitarle a la entrega del XIII Premio Internacional de Poesía “Antonio Machado en Baeza” a Raquel Lanseros Sánchez y a la presentación del libro ganador “Croniria”.

El acto tendrá lugar el próximo día 13 de noviembre, viernes, en el Paraninfo de la Antigua Universidad (I.E.S. Stma. Trinidad) a las 20:30 horas.

Baeza, noviembre de 2009.

lunes, 9 de noviembre de 2009

Máscaras (a los cobardes)


CUANDO, con la intención de zaherir, se pretende manifestar una opinión desde el anonimato, no cabe acudir a la libertad de expresión en su defensa, pues quién así actua lo hace desde los intolerables e intolerantes territorios del libertinaje. Desde tan mórbidas regiones, cualquier intento de ironía no alcanza a ser más que un exabrupto chabacano y falto de ingenio, y hasta la crítica que pudiere parecer más certera queda desacreditada y sin valor alguno tras las bochornosas y aberrantes máscaras del ventajismo y la cobardía.

Se alza tu mano en la distancia


Mudadas gesto inicuo, las palabras
Crispan sus dedos y un chirrido
Oprime el corazón de los ensueños:
Estrépito y silencio, amancebados,
Copulan sobre un lecho de mordazas
Y engendran al verdugo que ajusticia
Con saña las vedadas esperanzas.

domingo, 8 de noviembre de 2009

Aleación


Estaba a punto de decirte

“Siempre”


Cuando exclamaste “¡NUNCA!”:

Quedó herido en mis labios el lenguaje.

Fue entonces cuando, atónito, entendí
Lo falaz de lo eterno,
Que nunca y siempre son,
Fundidos,
Haz y envés de una moneda
Sin lustre ni valor,

Moneda falsa.

sábado, 7 de noviembre de 2009

Poema imposible


No hay verso ni palabras que precisen
Las náuseas que cautivan al que, hundido
Sin cantos de sirena que lo arrullen,
Simula colectar coral y perlas
Con aire en abundancia en los pulmones,
Y no es más que un despojo uncido al légamo
Que engulle anoxia y sal en la ardua espera
De un súcubo del piélago que absorba,
Piadoso y raudo, su último suspiro.

jueves, 5 de noviembre de 2009

Alarmismo institucional



En la escuela, en el trabajo, en el taxi, el sindicato, en los bares, en la iglesia -según me ha comentado, acojonado, algún amigo...

En defensa de una buena salud mental y para la PREVENCIÓN de posibles histerias colectivas creo necesario decir que esta pertinaz pandemia de H1N1 (hipocondria inoculada por narices) tipo A comienza ya a ser la leche.

De bruces contra el espejo


Soñándose un dios que a Lázaro
De su sueño reclamaba,
A aullidos quebró el sepulcro,
Pero el cadáver no estaba.

Con esquirlas en los ojos
Volvió hacia sí la mirada
Vislumbrando entre el silencio
Su irrevocable mortaja.

Y su sueño en pesadilla
Mudó la verdad palmaria:
Jamás lo liberaría
De su espera la llamada.

miércoles, 4 de noviembre de 2009

Gaza: medios de comunicación en guerra


Ver vídeo

Sinopsis

El 27 de diciembre de 2008 Israel dio inicio a uno de los ataques más mortíferos sobre el pueblo palestino que se recuerdan. 1314 habitantes de la Franja de Gaza murieron como consecuencia del poder letal de las bombas y los misiles “inteligentes”. Las escenas de horror mostradas por la televisión dieron la vuelta al mundo. Murieron más de 400 niños y cientos más resultaron heridos, lo cual era una prueba contundente de que los ataques fueron indiscriminados.

A pesar de ello, en Occidente, los medios de comunicación secundaron la versión israelí según la cual se trataba de una operación militar con fines defensivos. Una operación contra el “terrorismo” promovido por el Movimiento de Resistencia Islámica, Hamas.

Pero lo que la prensa occidental calificó de “guerra” no fue más que una matanza, como certificó poco después el relator especial de la ONU para los Territorios Ocupados, Richard Falk, quien tiempo atrás había advertido que la situación en la Franja de Gaza -un lugar sometido a un asedio inhumano desde hace años- podía conducir a un genocidio.

Gaza: medios de comunicación en guerra trata de probar que los medios son cómplices de los asesinos al saber transformar muestras de barbarie como las descritas en actos justificables desde el punto de vista de un estado que sabe como nadie disfrazarse de víctima.

Mediante un ejercicio de manipulación hábilmente orquestado, los periodistas cuentan sólo una parte de la verdad, ocultando información que puede ayudar a desentrañar las claves del conflicto palestino-israelí, un caso de injusticia histórica que dura ya demasiado. Sin duda la ignorancia acerca de lo que realmente está sucediendo ayuda en parte a que así sea.

En el documental intervienen periodistas, activistas, escritores, políticos y profesores de universidad tales como Pascual Serrano, Santiago Alba, Alberto Arce, Joan Josep Nuet, Xavier Giró, Ofer Kassif, Mohammad Rujailah, entre otros.

Gaza: medios de comunicación en guerra es una producción de la Fundació Pere Ardiaca.

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Mordaz epílogo:
sobre el tronco talado
descansa el hacha.

martes, 3 de noviembre de 2009

Remoción


Levántate –exclamó.
Mas resonó el clamor
A huero simulacro,
O puede que aquel son,
Aun siendo un mar de grillos,
Sin flujo enmudeciese,
Tiempo y luna a trasmano.

El caso es que el muñón,
Vencido por el miedo
A ser de nuevo vuelo
De ancho plomo anegado,
Asido a su mortaja
Rindió el ala a la escarcha
Del hondo inanimado.

Imagen cortesía de Vivian

lunes, 2 de noviembre de 2009

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Entre el tumulto
de hojas muertas, la huella:
festín del viento.

domingo, 1 de noviembre de 2009

Engreimiento


TODO aquél que piensa que no tiene porqué reconocer sus errores, aun pudiendo ser el mejor en lo suyo, ni es bueno en ello ni vale para hacerlo. Así, para mí, siempre será preferible quien equivocándose a menudo lo admite, a aquel otro que cometiendo un solo error se niega a reconocerlo. Y es que siempre he creído en el ser humano con sus imperfecciones palpables y jamás en la improbable infalibilidad de los dioses.