domingo, 27 de diciembre de 2009

La fuerza de la prueba


Cuando al fin llegue mi hora
Vivido habré y habré
Desperdiciado tanto
Que aun habiendo vivido
Habrá sido arrastrado
Sin pudor lamentando
No lograr levantarme

Amputado cianótico
Sin sueños huero roto
Tragando y siendo broza
Que se intuye infecunda
Pero al cabo viviendo
Y me iré igual que en vida
Sin pasión con desgana
Demostrado que tú
Siempre en mí habrás vivido
Y yo siempre esperando
Y yo siempre esperando
Y yo siempre sabiendo
Que no que no que nunca

3 comentarios:

Alma dijo...

Lo importante es irse sabiendo que se ha vivido, lo malo es que cuando se espera y se espera se pierde quizás demasiado y eso ya no vuelve...yo sigo esperando a pesar de...

Feliz Navidad guapo, un beso muy grande

Malena dijo...

Hay que irse o saber irse de esta vida siempre con las manos llenas de las cosas que he podido conseguir para crecer más. Lo horrible es pasar por la vida e irse con las manos vacías.

Mil besos y mil rosas.

dafne dijo...

Que angustia produce la espera,yo creo que es lo peor.Cuando se lee el poema ,ese verso repetitivo,te lleva a sentir eso...
Y lo peor es saberlo,tener casi claro ,que no, que nunca ,pero ese pequeño resquicio de esperanza,pequeño,si, pero impide acabar la espera.

Besos inesperados!