sábado, 9 de enero de 2010

La verdad sobre Lázaro


Quizá cuando esta agónica esperanza
Sin paz se haya podrido hasta el olvido,
Vendrás junto a su tumba a reclamarme.

Será ya en vano; aquello
Que no resucitó siendo agonía,
Jamás logró volver del vasto tártaro.

1 comentario:

Milena dijo...

Bueno, escuché a alguien decir que las flores de plástico no crecen, por mucho que nos empeñemos en regarlas.

Pienso que no hay que empeñarse en resucitar a muertos, más bien en mimar la vida propia y de aquellos que queremos.

Acudiré, Poeta ,pero no a tu tumba, a tus vívidos versos.

A la esperanza, démosle un besazo de esos de tornillo.. jeje; una de dos o la asfixiamos del tó o la revivimos de su agonía.