domingo, 23 de mayo de 2010

La oquedad sin mácula


1

Despojaste a tus ojos de su azogue;
Yo, sin él,
- - - - - - - ya no existo.

2

Del fondo de la noche
Trepa un runrún sin voz
Y, origen y destino de su estruendo,
Como una maldición,
Me hablan de ti los muertos.


3

Condéname, si quieres,
Por su limpia oquedad;
Yo
- - me lavo las manos.

4

Te canto, aun degollado,
porque yendo a morir,
hace tiempo estoy muerto.

3 comentarios:

Marisa Peña dijo...

El 4 es sencillamente sublime...
Un beso

Andri Alba dijo...

Sí que lo es. Un abrazo y gracias por comentar, volveré con más tiempo y te comentaré. Vale?


Ta luego!!!

Milena dijo...

"Despojaste a tus ojos de su azogue;
Yo, sin él,
ya no existo."

Me viene a la memoria aquella frase tan cursi de "amar es mirar los dos en la misma dirección" y pienso en que prefiero otra todavía más: amar es encontrarse en tu mirada

Besotes, Poeta !