jueves, 3 de junio de 2010

De lo ilusorio


Del verso y la palabra,
paridos a dolor,
quiso engendrar liturgias
vehementes y paganas,
estandartes de paz,
murmullos de alianza.
Sin lienzo ni pincel,
los pintó en el vacío:
el estéril celeste.
Usó colores cálidos
con derroche, quebró
cualquier regla pictórica,
mudó en pintor y cuadro.
Sumido en concepciones geométricas
forjó una patria libre, en anarquía,
feraz y sempiterno territorio
desmintiendo lo cóncavo.
Mas se olvidó del tiempo,
del gélido irrumpir de la vigilia,
los límites del cuadro.
Qué fiestas los castillos en el aire
y qué luctuosas ruinas cuando caen. Silencio,
sólo parió silencio
fundido a un vasto abismo,
bastardo intrascendente del escudo y la espada,
del semen del fracaso,
de la herrumbre sedienta que rezuma
la más cruda falacia cosmogónica:
la estólida esperanza.
Desde el desierto, el mar
esculpe en las retinas del naufragio
el canto de unas alas:
un viento sin azogue que se rompe,
legando sus esquirlas a la nada;
this is the end, my only friend, the end.

1 comentario:

Prometeo dijo...

Duro y profundo...pues yo faltare ahora una semana, playas de almeria, descanso, comer y deporte ¿que mas puedo pedir?...hasta la vuelta un abrazo.