miércoles, 25 de agosto de 2010

El ojo y la bula


POCOS individuos hubo por aquellos pagos con tan certera puntería como el padre Amador. Amador Recio de la Vara, para más señas. Y es que, Amador, donde ponía el ojo ponía la bula. Y así, llegaron a contarse en más de un centenar los sobrinos suyos que acabaron, con el tiempo, poblando la comarca.

2 comentarios:

Alma dijo...

ufffffffffffff así hay muchos :)

Andri Alba dijo...

Ese cura ha de hacerlo muy bueno que está logrando poblar la comarca. Dime para ir a probarlo, que debe estar rico.

Gracias por tu abrazo, lo recibo con todo el cariño que me lo das.

Andri