martes, 3 de agosto de 2010

Supersticiones

AQUEL martes y 13, tras levantarse con el pie izquierdo, rompió el espejo del armario, abrió un paraguas en el baño, vertió la sal sobre la mesa. Después salió a la calle y, sin casco, pasó hasta 13 veces por debajo de una escalera, se cruzó en su camino un gato negro, así como una hermosa joven pelirroja a la que -fue un flechazo compartido-, tentando una vez más a la suerte, pidió matrimonio para embarcarse con ella de inmediato en la más incierta y emotiva singladura de sus vidas.

13 de julio de 2010

5 comentarios:

Prometeo dijo...

Me recordo que tambien hay los anti supersticion y que terminas atados por superticiones contrarias....un abrazo.

Paloma Corrales dijo...

Trepidante.

Besos.

Andrea Breq dijo...

jejejje... vaya y yo morena. Esto no es superstición, es mala, mala, mala suerte =P
De magia cierta y "seven" por último...

Ya te he cansao, seguro!!

Muakk

A.

Dafne dijo...

Pero lo que es más importante...vivieron felices y comieron perdices????

Silvia Delgado dijo...

me ha encantado, es genial, un abrazo.