jueves, 23 de septiembre de 2010

Las flores del mal


Hará ahora 15 días
Que me llamó en la tarde un editor
De esos de mala muerte y verbo fácil,
Diciendo estar interesado
En publicar mi obra completa.
Sin llegar a dudarlo un solo instante
Le respondí que no,
Que no eran mis poemas un producto
Que hubiese de poner jamás en venta.
El tipo me rogó que, por lo menos,
Dejase me contase cara a cara
Los muchos pormenores de su oferta.
Pensando que tal vez fuese un buen modo
De asesinar de forma divertida
El tiempo sin sentido que me sobra,
Me di cita con él, tras el ocaso,
En un sucio tugurio frecuentado
Por putas tristes y hoscos proxenetas.
Después de mucho hablar
-el tipo era insistente-,
De 3 ó 4 porros
Y más de 10 cervezas,
Llegamos a un acuerdo:
A cambio de tan sólo un ejemplar
Que habría de enviar con 13 rosas
Un día del 4º mes año tras año
A una casa hace mucho inhabitada,
Podría publicar lo que quisiera.
Mas sólo habría de hacerlo tras mi muerte
Y siempre que la misma aconteciese,
Violenta, repugnante, aterradora,
Manchando, salpicando mis escritos, las paredes,
De vísceras y sangre.
Pero hace tantos días –ya dije que unos 15-
Que empiezo ya a temerme que el sujeto
Tal vez se haya rajado
Y no dé cumplimiento a lo pactado
Sin firmas de por medio como suelen
Hacer los malhechores
Y alguna vez también los caballeros.

4 comentarios:

Paloma Corrales dijo...

¿Un encuentro con el demonio?

Beso.

ralero dijo...

En realidad el poeta era el ángel caído y el editor la mano de dios; por eso se mostró inclemente y no cumplió con su parte del trato.

Abrazos.

Piel Fugaz dijo...

Excelente terapia. Imagino que algo así sucedió antes que llegara el editor: http://www.youtube.com/watch?v=CVCEQ238ZR4

¿Qué tal si ella le responde con El jardín de las delicias de Olga Orozco?

Abrazos y buen fin de semana.

Dolo dijo...

El editor se asustó. Seguro. Jaja, qué bueno!!
Me gusta mucho el poema, Rafa. Saludos, un beso!!