sábado, 4 de septiembre de 2010

My home sweet home


CUANDO Israel Isidore Baline, más conocido artísticamente como Irving Berlin, compusiera en 1918 “God Bless America”, no es que se quedase corto en reflejar ese típico espíritu patriótico yanqui tan dado a, tomando la parte por el todo, tomarse el todo para la parte. Sólo es que eran otros tiempos y el imperialismo estadounidense, salvo puntuales escarceos en lugares como el norte de África o Japón, se había limitado a dejar caer sus ya pesados y deletéreos tentáculos casi exclusivamente sobre el continente americano. Hoy, cuando la larga historia de crímenes y genocidios perpetrados por los gobiernos y ejércitos de los Estados Unidos y su expansionismo, ya económico, ya militar, ha tocado, y de qué manera, los cinco continentes, es probable que Baline, hubiese titulado ese casi otro himno “americano” “God Bless the World”. Aunque, sin duda, el título más apropiado, en honor a la verdad, debiera ser “Satán maldiga al Mundo”. “God bless America, my home sweet home...”

1 comentario:

Poetas argáricos dijo...

Como oí una vez en una película: a los americanos les sobra el dinero, el sexo, la prepotencia y, sobre todo, sobran aquí.
Un abrazo