domingo, 17 de octubre de 2010

Negaciones


Rendido ante el cadalso
de la desesperanza,
espero vanamente
a quien de mí reniega,
negado por la aurora,
negándome a la noche.

(Pero la noche ulula,
devastadora y firme,
como un viento implacable
que sopla sin descanso,
desvaneciendo el humo
de un fuego que se extingue.)

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