lunes, 4 de octubre de 2010

A veces el exilio


Cuentas que me marché, dices a todos
Que no tuve valor para, a tu lado,
Quedarme, abandonando el abnegado
Deber con que me ataba a unos periodos

Que ya eran fría ceniza en los recodos
De un camino sin vuelta; que el pasado
Pudo más que el futuro y que, aterrado,
Fui un desertor. Da igual; de todos modos,

Tengas o no razón, es la distancia
El triste resultado de aquel yerro.
Cuentas que me marché, mas nunca has mencio-

nado distinta opción. Yo doy constancia:
A veces el exilio es un destierro
Velado tras los muros del silencio.

9 comentarios:

Prometeo dijo...

Gran soneto y tremendo final para una realidad frustante...un fuerte abarzo.

Encarni Mejides dijo...

Pedazo de soneto!! y cuánta razón en los últimos versos.

Besoss

Paloma Corrales dijo...

Yo no diría que a veces, siempre el exilio es un destierro, y duele más allá del silencio.

Un beso, Rafa.

Marisa Peña dijo...

Ese terceto final me dejó ko.Gracias por escribirlo, gracias por dejarlo aquí.gracias.

MaLena Ezcurra dijo...

A veces el exilio es la única salvación.
Muero y renazco entre tus versos.


Te abrazo cielito.


M.

Reina dijo...

Callar las razones, las otras razones...
A veces es mejor el silencio.

Besos, mi poeta

Caminante dijo...

¡Manda huevos! que tenga que conocer tu exilio a través del blog de Carmela -Andando caminos-

Dicho lo cual... prosigo
¡qué guapo te quedó! ese destierro exilio.
Un abrazo y buen día
desde aquí arriba: PAQUITA

erato dijo...

El exilio siempre duele y punza.Quien se queda no puede sentir esa punzada.Siente otras.Un abrazo

Calma en días de tormenta (Darilea) dijo...

Fulminante final.
La libertad y la palabra jamás en el destierro.
Un beso Rafa