miércoles, 10 de noviembre de 2010

Decir tu nombre


Decir tu nombre
no es aliento ni ala,
no un grito que reclama, una exigencia.
Tan sólo un ansia, un tímido jadeo, una sed insaciable,
la ebriedad del silencio.

8 comentarios:

MaLena Ezcurra dijo...

Qué bello!

Te imagino graffiteando paredes por ahí. :)

Por mi barrio se te quiere, lo sabés.


MaLena.

Milena dijo...

Ainssssss !!!!!!

¡Pintadas como esa cómo molan!
Me acuerdo de cuando tallábamos en el tronco de un árbol, allá por la adolescencia, "su nombre" junto al nuestro dentro de un corazón... queriendo que permaneciera "por siempre jamás" en algún lugar el recuerdo de aquella pasión... ay, ay !

Claro, ¿cómo iba a durar aquello si practicamente "encerrábamos" a los dos amantes en un cerco, ahí, bien aprisionaditos, bien juntitos,...¿quien iba aguantar eso? ¡menuda asfixia! y no sólo porque los labios no se despegaran nadita, de aquellos besos larguísimos, para respirar

Enfín, "Poetaso" que me encanta

Besotes

virginia dijo...

Yo conozco un grafitti en una pared que dice: "Niña, es tu risa en tus ojos la luz del mundo"...¿A qué es bonito? Le saludo de bn...

erato dijo...

Es mágico pasar por aquí y embriagarse con tus letras.Quiero más grafitis así por todas las ciudades del mundo.Besos

Reina dijo...

Decir tu nombre es ya un recuerdo, una palabra perdida, una mirada olvidada.

Besos :)

Goyo Tovar dijo...

Me gustaría ser pared blanca

Dolo dijo...

¿Por qué cuando estamos enamorados, necesitamos escribir "su" nombre, tontamente, en papeles perdidos, en cualquier sitio...?

MeRieM dijo...

Breve, pero intenso, tanto, que llega a doler.
Precioso.
Un berso
en clave de olvido.