lunes, 13 de diciembre de 2010

El espejo mágico


DICEN que la Historia y sus historias se repiten. Aunque siempre, de un modo u otro, hay aspectos, tal vez anomalías inherentes al devenir entrópico de espacio y tiempo, que las hacen diferentes.

Y esta vez se lo arrancó. El reciente incendio lo había devastado de tal forma, que no quedaba en el bosque ni un solo animal vivo con el que urdir el virtuoso engaño. Y allí, sobre el hollín, quedó el pálido cuerpo de la doncella, hermosa como antes nunca por el intenso contraste de su piel nívea con la sangre que adornaba su pecho y el túmulo de cenizas sobre el que yacía ya sin hálito. Alertada por el pusilánime delator de azogue a su servicio, no tardó mucho la malvada reina hechicera en acudir al lugar donde, al contemplar la belleza sin par de su hijastra sin vida, no pudo contener los celos y, tal y como le ocurría siempre que se veía contrariada, se sintió de inmediato anegada por una gula desmedida. Y engulló con tamaña avidez aquel trozo de manzana envenenada, que no pudo más que atragantársele. Y así, en apenas un minuto terminó expirando, quién sabe si más por envidia que asfixiada; que aquella arpía tenía fama de poseer unas tragaderas bien anchas. Nunca, pues, se llegó a saber por aquellos pagos del trabajo abnegado de los siete enanitos del ahora desertizado bosque. Lo que sí corrió de boca en boca durante mucho tiempo fue un rumor, por otra parte nunca contrastado, que apuntaba a que el cazador, arrepentido de su crimen cobarde y execrable, se había retirado para siempre a un lugar ignoto y deshabitado con la intención de tratar de purgar su pecado mediante una práctica ininterrumpida y severa del ascetismo así como de la meditación eremítica.

4 comentarios:

Prometeo dijo...

Buena vuelta de hoja al cuento de siempre, perdona, pero me quedo con als imagenes de la Disney, es el poso de mi histoira. Un abrazo.

Milena dijo...

Me parece que envenenarse con manzanas ajenas emponzoña el ánimo, lo mejor es disfrutar de la princesa que todas llevamos dentro

Besitos, Poeta !

Milena

ralero dijo...

¡Pero, Milena!, si no murió envenenada; llevaba tanto y tan ponzoñoso veneno dentro que ningún otro era capaz de hacerle frente.

Besos.

Dafne dijo...

A mi me gusta..el giro de este cuento...habría ue contarlo...si!
Besos!