sábado, 25 de junio de 2011

Vuestra debilidad y nuestra fuerza


Vosotros, marionetas del poder,
tenéis por armas perros y fusiles,
soberbios parlamentos que legislan
en pro del interés de vuestros amos,
y una horda nauseabunda de voceros,
expertos mercenarios del engaño.
También en muchos altos tribunales
ocupan un lugar de privilegio,
viviendo como reyes, vuestros peones,
a cambio de usar varas de medir
distintas para el rico y para el pobre.
Nosotros, pueblo, apenas disponemos
como armas de la paz y la palabra,
las ansias de justicia y libertad,
y de un mañana digno por dejar
como único legado a nuestros hijos.
Armas que careciendo de la fuerza
violenta del mazazo y la metralla,
penséis tal vez muy fácil aplastar
con vuestras plúmbeas y apestosas botas,
o ahogar con vuestras sórdidas mordazas.
Mas no os equivoquéis, nuestro arma más
mortífera es el hambre y, a mordiscos,
si no las apartáis de nuestros cuellos
pronto, os devoraremos las pezuñas,
la tibia, el peroné, el fémur, los huevos,
el hígado, las tripas, los pulmones
y, al fin certificando la victoria,
aun duro como piedra, el corazón.
Vosotros, mafia atroz, lo tenéis todo,
y es vuestro punto débil, nuestra fuerza,
que no nos quede nada que perder.

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