martes, 5 de julio de 2011

El espejo de la melancolía (XXXII)


amanece de nuevo la necrópolis
sin flores germinando en sus parterres
y una lila de plástico celeste
ulula sempiterna entre cenizas

los sudarios
cubiertos de salitre
lloran sangre

sobre el lecho de arena sin aliento
la herrumbre putrefacta de las horas
desgarra las entrañas de la noche
y extirpa sin piedad su útero inerme

a qué cielo emigró la mariposa
que alzase el vuelo erguida en sueños glaucos

acaso no recuerda ya los nombres
pintados de granate en su periplo

las alas de la flor se han vuelto abismos
apenas una luz frugal sin lengua
silencio amarillento en que se quiebra
la esquina más anónima del viento

2 comentarios:

Milena dijo...

Es precioso, Rafa, ¡Qué curioso, es triste y sin embargo me llena de ternura, de rojiamarillo verano, de aleteo de mariposas !

Un abrazo , Poeta querido !

Isabel Guevara dijo...

Es cierto, surgen sentires contradictorios al leerlo.

Queda un abrazo y la huella de la visita a tus versos enormes, Isa