lunes, 29 de agosto de 2011

Relatos verosímiles (5): Desposorios en la alta atmósfera (Carlos Parejo)


Ni el oro, ni el barril de petróleo, ni las monedas y billetes, ni las acciones de las empresas, ni los bonos del Estado. El principal tesoro que acumulaba cada país en el siglo veintiuno era el de sus bancos de genes.

Pero un día éstos, hartos del congelado ambiente en el que vivían, donde nunca veían la luz del sol, decidieron organizar una fuga masiva a nivel mundial. Y nadie se atrevió a denunciar, y mucho menos, a perseguir, a sus propios genes.

Vagaron durante semanas por las capas de la atmósfera que suelen pasar desapercibidas a los satélites y meteorólogos, y vinieron a establecerse en la región de las ánimas, donde fundaron la Unión Genética Popular del Planeta Tierra.

Allí hicieron buenas migas con las almas que no habían encontrado descanso tras su muerte, por ocurrir ésta en circunstancias dolorosas y dramáticas. De modo y manera que se produjeron desposorios como el de una joven alma cristiana que fue martirizada por los leones en un circo romano con el gen de un cuidador de leones del parque zoológico de Córdoba, o la de una bruja quemada por la inquisición en Toledo con un famoso adivino del futuro de la televisión francesa.

© Carlos Parejo Delgado

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