miércoles, 2 de noviembre de 2011

Seguidilla (XXXIII)


Tus ojos, dos estrellas,
los míos, pozo
donde ya no titilan,
tan hondo el fondo.

Ay quién pudiera
ser riachuelo una noche
por primavera.

1 comentario:

Anónimo dijo...

el brillo de los ojos es el amor, y si falta, que hay dentro...