miércoles, 8 de agosto de 2012

Funámbulo


Deambulo sobre el filo de un alambre
mordaz como cuchilla de afeitar
y atado en sus extremos a la nada.
De cuando en cuando hago piruetas, salto,
tratando de olvidar que mis pies sangran
como un toro de lidia que ya espera
tan sólo la piedad del descabello.
Aquí,
sobre este abismo,
no hay huellas ni horizontes.
Tampoco un breve instante de descanso:
es necesario mantenerse en pie,
luchar por no perder el equilibrio
-abajo aguardan fieras espantosas-,
a la espera de un rayo que calcine
y mude en humo inerte el alma muerta.

2 comentarios:

Susurros de Tinta dijo...

Tu poema me ha dejado instalado en el pecho tal desasosiego que hasta duele, mira mejór tírate de ese alambre afilado, funambulista perdido en la oscuridad, que debajo, créeme, no hay fieras horribles, si no un mar azul, fresco y limpio, recuerda que eso decían los atiguos marineros, que en el fondo de mi mar había terribles monstruos y sirenas malvadas, pero no, creeme, ya me conoces, no soy malvada y te llevo de paseíto por el fondo del mar, hay medusas iridiscentes, no está nada oscuro y de mi mano no te ahogarás, ¿hacemos carreras de caballitos de mar?, ;D, uf, soñando con el mar se me ha aliviado la presión que sentía en el pecho y a ti?, miles de besossssssssssssssss

Anónimo dijo...

Si tu eres un toro esperando en descabello, pobre del torero que se acerque con el verduguillo, no te has de quedar pasivo