domingo, 30 de junio de 2013

Soñe anoche con pájaros...


A Viv

Soñé anoche con pájaros.
Viajaban hacia un fértil suroeste
poblado de cabellos azabache
y oasis como labios.
Un suroeste imposible: a contraviento
y más de nueve mil metros de altura,
apenas disponían
de aire para sus ansias
de vivir en precario,
y el frío congelaba en sus miradas
el pálido reflejo de la luna
poniéndose en la línea inalcanzable
del argénteo horizonte.
Soñé anoche con pájaros. Y al alba,
cuando el sol me arrastró hacia la vigilia,
eran de sal y escarcha mis pupilas
y mis brazos estaban recubiertos
de plumas congeladas.

Erosión

me fui por si volvías
como un fantasma pródigo
a reclamar mis huesos

Fotrografía: Francesca Woodman

sábado, 29 de junio de 2013

El rugido del Éufrates

El que, mordiéndose la lengua, se tragó a borbotones su rastro efímero en la arena, y, blandiendo una espada hecha de esquirlas de luna al hielo vivo, grabó sobre la piel de la resaca, un epitafio en forma de poema. Aullaba aquella noche el mar como alma en pena, como una bestia atada a las cloacas. Pero el silencio, tierra adentro, rompía con estrépito en las cuencas vacías de las lápidas sin nombre. Apenas hubo tiempo para la evacuación, pero las ratas escapaban, degollando la rosa de los vientos. La quimera espantosa devoradora de hálitos tenía nombre de cántico y apellidos de auroras y cosechas castradas. Era el Armagedón, el fin del postrer héroe de leyenda.

Qué hijos de una tal por cual

Idea Vilariño,
que era una señora,
amén de gran poeta,
muy culta y educada,
se preguntó en qué modo
podríamos decirlo,
sin que fuese un insulto,
sólo para nombrarlos.
Yo soy algo más bestia
y, sin tampoco, idea
alguna de pararlos,
acaso convencerlos
y, aun menos, conmoverlos,
los llamo hijos de puta,
fascistas, alimañas…
Pero, al igual que Idea,
también me quedo corto.

viernes, 28 de junio de 2013

Novela corta


"¡Qué mala cosa es haber hecho
un cementerio demasiado grande!"

Antonio Gamoneda

Si hay algo de lo que estoy absolutamente seguro, es de que nunca me gustó escribir novelas. Lo sé porque jamás llegué a escribir ninguna. Siempre que lo intento, en cada capítulo, cada página, cada renglón, cada palabra, cada punto y final, cada silencio, se cruza tu recuerdo en mi camino con ojos de gato negro hambriento mirándome desafiante como si fuese una apetitosa sardina en un mes de esos sin r y con sus segundos más que contados. Y cuando esto sucede no puedo soportar tanta premonición de mala suerte y me arrojo al Odiel desde el puente-sifón Santa Eulalia o a las vías al paso de un tren de mercancías de los que van y vienen a diario desde o hacia el polo químico cargados de sustancias tóxicas o me cuelgo de un árbol del parque de la Esperanza o me corto las venas o me vuelo la tapa de los sesos o me quemo a lo bonzo a las puertas de la delegación provincial de la Consejería de Justicia e Interior o abro la espita del gas y meto la cabeza en el horno mientras suena en el salón el Aleluya de El Mesías de Händel o me abro las entrañas con el cuchillo jamonero tras escribir un último poema o me tiro de la azotea tratando de acertar a caer justo encima del deportivo rojo sangre del antipático vecino del tercero izquierda o etcétera. Y lo peor de todo es que luego, pala en mano y sin que me acompañe deudo alguno ni una banda de negros de Lousiana interpretando un melancólico y triste blues de cementerio, debo cavar mi propia tumba y echarme tierra encima y soportar ser devorado lentamente por miríadas de gusanos que me miran con ojos de gato negro hambriento. Y entonces pienso que disponiendo de un principio así podría escribir no una sino infinitas novelas, pero nunca me ha gustado hacerlo y además, antes que cualquier otra cosa, hay algo acuciante que debo perpetrar en ese instante y reclama la atención de mis cinco sentidos. ¡Zape!

Dominación

Tras asegurarse de que los estaban observando, sobó su culo ostentosamente. Ella, obviamente azorada, esbozo una mueca forzada que pretendía aparentar una sonrisa. No, aquello no tenía nada que ver con nada parecido al deseo; habría sido tan hermosamente revolucionario en medio de aquella rancia reunión de mojigatos inquisidores e impotentes.

jueves, 27 de junio de 2013

Hacer el griego

-poema por(ci)nográfico-

Madrid    2020
aunque el pueblo reviente.

miércoles, 26 de junio de 2013

Antropocentrismo


“...y es que de nada sirve, creo yo,
encender un Candil cuando no quieres ver.”

William Blake

Ciego más ciego no hay que aquel que, viendo,
aplica la mirada al propio ombligo,
creyéndose fiscal, juez y testigo,
altar, liturgia, dios y reverendo.

Y no hay sordo mayor que quien, oyendo,
no escucha a nadie más que a sí y, consigo
a solas, se cree rey siendo mendigo
silente consumido por su estruendo.

Cordero que se mira en el espejo
del agua pretendiéndose belleza,
comete, hermoso o feo, la torpeza
de, absorto, no cuidar de su pellejo.

Y si, por suerte, no lo mata el lobo,
Narciso, se ahogará en sí mismo, bobo.

Fiscales (Agustín Casado)

Juicios tengas y los ganes,
sentencia mordaz el dicho;
picapleitos y otros bichos
salen mucho en los refranes.
Exhiben los susodichos
ampulosos ademanes,
oficio de charlatanes,
picajosos y redichos
de la justicia guardianes.
De todos los antedichos
un trío son cual Los Chichos
los actores principales:
el defensor tan letrado,
el fiscal y el magistrado,
usea, su señoría.
Y como artista invitado
por especial cortesía
a cuenta de fiscalía
un sujeto acojonado
que por él declinaría
la invitación y se iría
con la música a otro lado.
Uno siempre había pensado
cómo en esta compañía
los papeles repartían
según nos había enseñado
la cinematografía.
Defendía al acusado
el defensor de su lado;
el fiscal siempre una arpía,
acusaba y malmetía,
y fallaba el juez togado.
En el cine -¡oh fantasía!-
esta escena transcurría
siempre de un modo calcado:
“Todos en pie. El Estado
contra…” (y aquí se decía
por un ujier engolado
el nombre del tío o tía
que allí estaba empapelado)
“Preside el muy honorable…”
(y nombraba al magistrado,
un negro de cara afable,
severo pero fiable,
con un pelucón tocado
cual si fueran carnavales).
Y empiezan los teatrales
parlamentos de juzgado.
“De la duda razonable
más allá, del acusado
habremos por fin probado
el crimen más reprobable,
que a Manolete ha matado.
Y hasta a Kennedy, es probable…”
Protesta jurando en bable
el defensor indignado,
“¡Protesto!”. “No es aceptable”,
deniega el empelucado.
Sigue el fiscal implacable
señalando al acusado
como quien esgrime un sable.
“Pero déjeme que hable…”
gime el reo allí esposado.
“¡Cuando le sea preguntado!”,
y sigue y sigue incansable
el fiscal dale que dale.
“¿No es más cierto, desdichado,
que usté vendería a su madre?”,
“¡Protesto por protestable!”,
protesta desde su estrado
el defensor cabreado
de que el fiscal así ladre
en la cara al acusado.
Y esta vez les echa un cable
piadoso el juez: “Aceptado.
No tendrá en cuenta el jurado
lo que ahora han escuchado
para decir si es culpable
o inocente el acusado”
“No hay más preguntas”. Y amable
le cede el turno al letrado.
“Su testigo”, dice afable
cuando pasa por su lado
el justiciero indomable
que en estado lamentable
deja un guiñapo acabado
y de defensa inviable.
Otra muesca pa’ su tablet.
“Se suspende la sesión”,
y el martillo del togado
suena como el aldabón
de las puertas de prisión
para ese desgraciado.
Pero todo esto es ficción,
el cine nos ha engañado,
que es el fiscal un señor
de lo más pluriempleado.
Es fiscal y es defensor
no se sabe si al dictado.
¿Cómo al Blesa así entrullado
dejar puede en la estacada?
Defensa a capa y espada.
O entrar al quite, arrojado,
si un ilustre diputado
(o una ilustra diputada)
a declarar es citado
(o a declarar es citada),
resultara empitonado
y evitarle la cornada.
Está dispuesto a un buen Rato
alargar él su jornada
porque no le pase nada
a quien servicio ha prestado
sentado en la azul bankiada.
Sin prisas pero con pausas
se instruyan según qué causas,
gürteliza con cuidado,
las barbas han remojado
Elpidio y Bermúdez dada
ya por sentada su rapa
viendo a Garzón afeitado.
¿Que la Infanta está imputada?
Hombre, mira qué putada;
desimputa y arreglado.


Texto e ilustración: Agustín Casado

martes, 25 de junio de 2013

Patriotismo

Nunca fui partidario del "Santiago
y cierra España"
. He sido
-no confundir con transnacionalista
del dólar y el comercio-
internacionalista
-Debout! les damnés de la terre!
Debout! les forçats de la faim!

Pero estas alimañas, estos perros
-Rajoy, Lagarde, Rosell y un largo etc.-
que muerden la esperanza de los pueblos,
de las gentes de España,
me han mudado en patriota. ¡Arriba España!

Las copas de la ira

Suplica a dios el Hombre, anclado al suelo,
dos alas que detengan, tras la herida
letal de la última hora, su caída
sin fondo, para unirse a él en el cielo.

Suplica en tanto se hunde, y ese vuelo
que ansía, vida eterna tras la vida
precaria terrenal, da la medida
exacta de su más estulto anhelo.

Que no es el cielo más que un infinito
yermo donde agoniza, pasajera,
la luz de las estrellas; y la espera

de un dios morada eterna, escudo -un mito-
inútil contra el miedo hondo y demente
de un Ser que es sólo un fútil accidente.

lunes, 24 de junio de 2013

Tribulaciones de una crisálida (XLVII)

Sube desde el estómago una tenia con trozos de intestino entre sus fauces. Escapa por la boca, cae al suelo, y se aleja llevándose el aliento de un sueño postergado. ¿Esto era la nostalgia?

El mundo está perdiendo sus cinco sentidos (Carlos Parejo)


El mundo está perdiendo sus cinco sentidos. Los japoneses no tienen ojos sino cámaras fotográficas. Los norteamericanos no usan los oídos sino el walkman. Los franceses ya no huelen perfumes pues los han cambiado por desodorantes. El gusto se ha adaptado a las hamburguesas de plástico, a lo que sabe casi todo lo que nos rodea en el hogar. El tacto de los dedos en los amantes se vuelve mecánicamente previsible por la costumbre de teclear constantemente móviles, videojuegos y ordenadores…

(¢) Carlos Parejo Delgado

domingo, 23 de junio de 2013

Liquidación contable

Nunca supe estimar, hasta la fecha
-aunque dando por cierto que engrosaban tu haber-,
el saldo que arrojaban
nuestras cuentas pendientes.
Hoy perdono tus deudas.
Hasta siempre.

El regalo de papa Gallo (poema apto para todos los públicos)

Reclamaron los pollitos
a papa Gallo un regalo
por completar la primaria
con mucho más que aprobado.
Ante petición tan justa,
papa Gallo, contrariado,
exclamó para sí mismo:
"¡Cómo he podido olvidarlo!
Y, para colmo de males,
mañana de Viernes Santo;
cómo arreglo ahora este entuerto
¡debe estar todo cerrado!"
Por fortuna recordó
que en la población de al lado,
sin excepción laica o sacra,
los viernes había mercado.
Y allí se fue a la carrera,
sin dudarlo, papa Gallo,
seguro de que hallaría
el mejor de los regalos.
No obstante, ante la abundancia
de artículos ofertados,
todo le fue más difícil
de lo que había pensado.
Había dianas, camisetas
del Betis, balones, dados,
combas, trompos, bicicletas,
sacos de maíz tostado,
caramelos, chocolate
juegos de magia, soldados
de plomo y hasta animales
de territorios lejanos.
Ante tanta variedad
Papa Gallo, atolondrado
y sudando como un pollo,
cayó al suelo, mareado.
Fue al levantar cresta y pico
cuando vislumbró a un gitano
que exponía en su tenderete
un hermoso papagayo.
Y, sin pensarlo un instante,
pidió precio y, regateando,
se hizo con el ejemplar
a un coste casi de saldo.
No cabía en sí de gozo
con su compra papa Gallo,
pero, al poco, su alegría
se mudó en triste quebranto.
Y es que de que recibieron
los pollitos su regalo
por el corral van y vienen
¡siempre tan desorientados!
sin saber a quien prestar
atención: si a papa Gallo
o, por contra, al cordial
y elocuente papagayo.

sábado, 22 de junio de 2013

Inquisición...

INQUISICIÓN:
La fe muerde montañas.

Echando el hígado

Si acabo cualquier verso de un soneto
con, por ejemplo, la palabra "hígado",
¿hay mucho más que hablar, sabiendo un reto
vano intentar rimar nada con hígado?

 
Hoy cometí este error y les prometo
que a punto estoy de vomitar el hígado
haciendo por salvar el grave aprieto
en el que me he metido con lo de hígado.

¿Alguien, de lo antedicho, inferiría

que es sólo un ejercicio literario
ajeno en todo caso a la poesía?

Que observe, si es así, que, de ordinario,

al igual que en la vida, en la poesía
se avanza echando el órgano biliario.


(revolución)

viernes, 21 de junio de 2013

CApiTAcLISMO


escabroso onanismo
mental de un pensamiento
que no es y llaman único

Poemas serios (XLV)

“Pero tu ausencia es ciega.”

Manuel Altolaguirre

Si pudieran mis ojos
ver lo que ven los tuyos
y en su océano inmersos
resucitar al mundo. 
Pero tu ausencia es ciega,
y mis ojos, sus párpados
dos losas, los de un muerto
sin esperanza alguna
–nunca a nadie un milagro
lo hubo resucitado–
en oír tu voz diciendo:
“Álzate y mírame, Lázaro”.

Noche poética "Foro la Palabra" (Trigueros-Huelva)


jueves, 20 de junio de 2013

13, 14 y pleno al 15

Estado detestable este de cosas
en el que impunes quedan lo delitos
de burgueses corruptos, señoritos
de abolengo y otras raleas famosas.

Estado dominado por raposas
que a su codicia tienen circunscritos
a jueces, gobernantes y eruditos
a cambio de mercedes sustanciosas.

Estado en que el Estado es desmontado
y puesto en venta a saldo para el buitre
del capital. Estado despojado

de camas de hospital y de pupitre
para el obrero. Estado amordazado;
ahogándose en las heces y el salitre

del hórrido pasado
de la Una, Grande y Libre que regresa
con la hosca rabia de un perro de presa.

Poema anti imperialista que no espiquingli


yanquis
¡co hone!
(volveos pa casa)

miércoles, 19 de junio de 2013

El Caso (Agustín Casado)

Los que tengan una edad,
lo menos cincuenta acaso,
sabrán bien en qué me baso
si me da por afirmar
cómo de golpe y porrazo
hemos dado un salto atrás
y aunque en versión digital
vuelve a publicarse “El Caso”,
el siniestro semanal
del matarratas en vaso,
de los fiambres en pedazos,
el del crimen pasional,
aquí una pierna, allá un brazo,
carajillos de zotal,
por la espalda el frío puñal
y en la cresta un buen hachazo.
Huerfanita virginal,
dieciséis años escasos,
en pecaminoso abrazo
asaltada en su portal.
La brigada criminal
siluetas traza en un trazo
de tiza sobre el terrazo,
la pesquisa más sagaz
tras la pista, tras los pasos
y echarle por fin el lazo
al abyecto criminal
que cayó en el error craso
de pasarse en la coñá
y vendiolo un chivatazo.
Y tras de plano cantar
ya ve sólo el fogonazo
del fotógrafo de “El Caso”
antes que de madrugá,
y eso sí, tras comulgar,
le dieran de garrotazo
en el patio del penal
pasaporte al más allá
con Viajes El Ocaso.
Lectura de barbería,
escalofrío que escalofría
si te ibas a afeitar
y junto a la nuez sentías
cerca de la yugular
el ras-ras del rasurar
de esa navaja tan fría
al tiempo que alguien leía
en voz alta relatar
el sinfín de fechorías
que al barbero hacen temblar.
Pero ya no hay barberías.
Y desde ese mismo día
no se edita aquel papel,
porque imagínese usté
que su fino esteticién
del hairdresser unisex
se encontrara cualquier día
por el Vanity en couché
esa otra prensa sombría
con la gris fotografía
de la Bestia de Entrevías,
el que se comió el bebé.
Pues le da una apoplejía
que lo tiene todavía
con los ojos del revés,
“¡Oigg, por Diosss, qué ordinariez!”
Ahora no viene en papel
mas ha vuelto la negrura
de una nueva dictadura
casi peor que la de aquél,
y en épocas tan oscuras
en mi casa paz y amor
y “El Caso” para el salón,
llenando de sepulturas
el plasma televisor.
Porque humana condición
es en tiempos de grisura
y las habichuelas duras
encontrar cierta fruición
y consuelo a la amargura
convirtiéndose en mirón
del gore más español,
mirar por la cerradura
de la casa del terror.
Y mondongos y asaúras,
tipos de la catadura
del Carcaño y el Bretón,
o el Del Valle julandrón,
o el último figurín
del circo de la locura,
ese monje tan Shaolín
majareta en su impostura,
forofo del yang y el yin,
ridículo espadachín,
ese hortera mandarín,
chino de caricatura
que cree que Bilbao es Pekín,
y le pone la tortura,
o ese cubo de basura
del “porque era mía” matón
parece nos aseguran
de que hay por lo menos dos
que están, sí, peor que yo:
los padres de la criatura
y ese cacho de cabrón.


Texto e ilustración: Agustín Casado

Tribulaciones de una crisálida (XLVI)


En el muro de carga que sostiene la espesa cerrazón del laberinto, hay un reloj de péndulo sin péndulo. Tumbado en posición fetal sobre el vacío, oigo el paso del tiempo. No lo quiero escuchar, pero me grita en una jerga ignota que, abrasiva, se traduce en espanto. ¿Será esto lo que nombran silencio los que han muerto al alba en el cadalso?

martes, 18 de junio de 2013

Regreso a Ítaca


La aceda sal del tiempo ha corroído los techos y paredes. Del salón polvoriento del alcázar en ruinas, me siento ante la mesa tan pulcra como el hambre. Un vendaval sin aire voló el último mástil. De regreso a la mar, no verteré una lágrima.

La caverna

A Juan Manuel Sánchez Gordillo

Se alzó aquel dedo –sucio
de arado y tierra– al cielo
y señaló la luna.

“¡Está sucio, está sucio!
¡Ese dedo está sucio!"
–clamaron con vehemencia inquisidora
los sumos hacedores de cavernas y eclipses.

“¡Está sucio, está sucio!” –repitieron los ciegos
en tanto, entre tinieblas, festejaban
la amputación del dedo.

lunes, 17 de junio de 2013

Bertold Brecht apócrifo


Dije un día que “el peor analfabeto es el analfabeto político”. Hoy he de decir que hay algo peor: aquel que está en política sin hacer verdadera política, degradando la política: el sucedáneo de político. No escucha, no dice nada cuando habla, no participa de las necesidades y esperanzas del pueblo. No sabe u olvida de manera consciente que el coste de la vida, el precio de las alubias, del pan, de la harina, del vestido, del zapato y de los remedios, dependen de decisiones aberrantes de su falsa y espuria política. El sucedáneo de político es tan burro que se enorgullece y ensancha el pecho diciendo que si el pueblo lo odia es porque no sabe de política. Le importa un bledo que de su indolencia política nazcan la prostituta, el menor abandonado y el peor de todos los bandidos que es el político corrupto, mequetrefe y lacayo de las empresas nacionales y multinacionales: eso en lo que él mismo, si es que no lo ha sido desde sus inicios, se ha terminado transformando.

(Bertold Brecht apócrifo)

Crónicas del arco iris (IV) (Carlos Parejo)


El destino es tan singular que se repite cíclicamente todo, de una u otra forma. Los ingleses se procuraron el dominio del mundo hacia 1850 con su carbón, su revolución industrial y los negocios de sus barcos y trenes de vapor. Mi tatarabuelo, atento a las modas, creó varias líneas ferroviarias en España, a las que trasvasó las pingües rentas de sus interminables tierras. Mi bisabuelo, a principios del siglo XX, optó por la energía eléctrica. Tuvo varias compañías y fábricas de alumbrado. Y el patrimonio familiar se multiplicó. Mi abuelo, en los años cincuenta, se mudó al negocio del petróleo y los motores, entonces equiparable a riqueza. Todo el mundo empezaba a moverse de un lado a otro en vehículos o aviones movidos por ese combustible. Mientras Estados Unidos reinaba en el mundo del automóvil, unos pocos países árabes, que poseían petróleo en abundancia, se convirtieron en “El Dorado”, en una especie de “Tierra Prometida”. Las participaciones familiares en las nuevas fábricas españolas de coches, autobuses y camiones, y esas tierras vendidas para el palacio del jeque en Marbella, lo catapultaron como una de las grandes fortunas del momento.

Pero, todo cambia y todo fluye, como decía el griego Heráclito. Y mi padre está invirtiendo todo su dinero en empresas mineras chinas. El progreso de la riqueza actual pasa por la venta masiva de las nuevas adicciones telemáticas descubiertas en el Silicon Valley de California. Pero, los iphones, ipads, wiis y demás instrumentos, dependen de 17 materiales raros y escasos en el Planeta, sin los que estos artilugios no serían posible (escandio, itrio, lantano, cerio, praseodimio, neodimio, prometio, samario, europio, gadolinio, terbio, disprosio, holmio, erbio, tulio, iterbio, y lutecio). En todos los países se realizan prospecciones para su hallazgo, cuando durante tantos siglos fueron juzgados insignificantes. Pero, si hay alguien que los acapara ese es, como no, el gigante asiático, China, que ha destronado a los Estados Unidos en la supremacía económica del Planeta Tierra. Y su proveedor en España ya sabéis quién es: mi papá.

(¢) Carlos Parejo Delgado

domingo, 16 de junio de 2013

Espita

–Laberinto sin puertas,
¿para qué este manojo
de llaves oxidadas?

–No preguntes.
No quieras
saber que esto tan grave
que pende de tu cinto
no es más que la esperanza,
placebo que permite
que te engañes y a ratos
alcances a olvidar
que afuera, tras los muros
que odias tanto,
no hay nada.

Manu militari

(Escucho en las noticias
decir que sin la industria
militar y las guerras
sería algo impensable
tanto avance alcanzado
por la ciencia al servicio
de la vida y el hombre
–rememoro Hiroshima;
mejor morir de cáncer)

No son ángeles. No.
Las criaturas celestes,
ejército sin armas
a la orden de un dios cándido,
generoso y benévolo,
no son más que una burda
falacia disfrazada
de inmediata utopía,
para evangelizarnos
y hacer que comulguemos
con ruedas de molino.

No son ángeles. No.
Son hórridas quimeras
secando son sus garras
de fuego y plomo el aire.

No son ángeles. Son
obscenos buitres, drones
–que rima con ladrones
y, aunque no lo parezca,
con verdugo y con muerte.

No son ángeles. No.
Los maneja el diablo.

sábado, 15 de junio de 2013

Anti seguidilla (II)


Pese a lo escrito acerca
de peces y ajos,
a un poema no lo hace
decir “carajo”.

Siempre en su sitio
el “carajo” en el verso.
Y, además, limpio.

El espejo de la melancolía (LXII)


una metáfora que explique
lo que no tiene nombre
lo -más que inexplorado- ausente

viernes, 14 de junio de 2013

Anti seguidilla

No hay poemas soeces;
son los lectores
con mierda en el cerebro
los que ajos comen.

(Si esto te pica,
vé y que te folle un pez,
sin vaselina).

Poemas serios (XLIV)

Ojos. Ojos que se abren
y lo iluminan todo como el áspero aliento
del estallido de una bomba atómica.
Después la lasitud, la lluvia negra,
la piel cayendo a tiras,
desolación, la náusea,
abatimiento, oscuridad, la nada.

jueves, 13 de junio de 2013

Gerontanasia

"Mi resistencia choca contra un silencio higiénico.
Hay excesiva luz y una jeringa llena."

Raquel Lanseros

I

Habrá que exterminar a los ancianos.
Suponen una rémora, un problema
para el sostenimiento del sistema.
(Sólo hemos de salvar de los gusanos

a los de nuestra casta, a los cercanos
a nuestra ideología, esa postrema
doctrina de los dioses que, suprema,
nos da rango de seres sobrehumanos.)

Podríamos vedarles las pensiones
para que pereciesen de hambre y frío,
ahorrando de este modo en inyecciones

letales. Mas del hambre desconfío;
antaño desató revoluciones,
mudando al pueblo en animal bravío.

II

Por tanto, lo mejor será arrastrarlos,
sumisos y engañados, por decreto
a algún lugar ignoto y, en secreto
y con silencio higiénico, matarlos

y, para eliminar pruebas, quemarlos
sin dejar ni un vestigio de esqueleto.
No serán traba el hijo, el nieto inquieto;
diremos que acordamos instalarlos

en lugar feliz como agasajo
por toda una existencia de trabajo
en pro del desarrollo nacional.

Agradecidos y ebrios por la euforia,
pronto habrán de olvidarlos; la memoria
es frágil como copa de cristal.

miércoles, 12 de junio de 2013

La encuesta (Agustín Casado)


Quillo, ¿habéis visto la encuesta?,
entró periódico en mano
en un tasco sevillano
de una barriada modesta
 

feliz, exhultante, ufano,
engallado hasta la cresta,
gritando desde la puerta
un payo medio gitano.
Ante actitud tan contenta,
disfrutando cual enano
el eufórico fulano,
alguno hay que contesta
que cuente, que vaya al grano,
y que qué voces son éstas,
que los vecinos protestan
si gritamos tan temprano,
que es la hora de la siesta.
Y piensan los parroquianos
que por fin ya su paisano
va a poder llenar la cesta
tras seis años en el paro,
y que es la EPA la encuesta,
la de población activa.
Que un alma caritativa
le habrá hecho una propuesta
de eso que ahora es tan raro
de hacer un chapú sin IVA,
de una paguilla modesta
o, pasando por el aro
y por llenar la barriga,
aceptarle a algún avaro
trabajar como un esclavo,
recibir sólo las migas.
O es eso, o la Primitiva.
“¿Qué dise, mi arma, d’encuesta?”,
le escucharon por respuesta.
“Tan en cuesta… ¡cuesta arriba!,
que en mi casa no entra un chavo,
mas pasamos las fatigas
en dándole al cuerpo fiesta.
Que no es la encuesta del paro,
que yo la que digo es ésta,
donde se dice bien claro
-será que no sale caro-
que del mundo, los sevillanos
somos los que más follamos.
Bueno, después de los rusos
que lo hacen hasta el abuso.
Segundo están los cubanos
en esto de darle uso
con “ange” y arte al habano.
Terceros son los romanos;
pero yo pienso que incluso
en la lista son intrusos.
Y ”aluego”, los sevillanos”.
“No será por ti, Manué…”,
respondiole chusco aquél
con el que tuvo un mal día
la idea de desahogar con él
las cuitas de su María.
Parece que al parecer
igual que le pasa a usté,
lo que a Manuel le dolía
era ver con qué apatía
va a la cama su María
como quien cumple un deber.
Y ponerse, se ponía.
Pero iba sin alegría,
como haciendo por hacer,
porque haciéndolo, decía,
el mismo placer sentía
que quien se toma un café.
Ni pensar en picardías,
ni rezos al Gran Poder
(que, cuidao, empieza por “P”),
a ella nada la ponía
y que no es que fuera fría,
es que era un iceberg.
“Ay, que desgracia la mía,
ay que penita, Manué”,
vino ella a decirle un día,
“tú verás que esto va a ser
que no tengo punto G”.
Y los dos en compañía
al doctor fueron a ver
por ver si les descubría
el botón de la alegría,
el puntito del placer.
La buena María en pelotas,
el médico que la explora
visual por tópica vía,
mirando con sus gafotas.
“Permitánme que me ría;
no es una patología,
y es que puestos a no ser,
no es ni ginecología.
Cuestión es de ortografía,
cosa del ministro Wert”,
les dice mientras anota.
“Que la exploración denota
que su señora de usté
lo que es el punto G
lo tiene escrito con jota”*
Nada de parches ni gotas,
ni esencia de bergamota,
y cual si fuera un papel,
con una goma la frota,
la retoca con pincel.
Luego de nuevo la explora,
“¿y ahora, señora, lo nota?”
Y va su María y explota
en un ¡aaayyy! de cascabel.

“Con que ya sabes, idiota”,
metiéndole está Manuel
al bocazas en la boca
el periódico y la encuesta,
“que la cosa es al revés,
que si Sevilla esta puesta
en la UEFA del joder
lo tenéis que agradecer
a este semental de gesta.
Y ahora ponme una cerveza,
me la apuntas, me la fías,
te la debo, me la anotas,
que me voy con mi María
a poneros en cabeza
y a ponerme yo las botas”.


Texto e ilustración: Agustín Casado

*(Acreditar que el chiste del Punto G es de “Los Alegres  Divorciados”, chirigota de Cádiz)

Poemas serios (XLIII)


Qué tiempo de tormento el que me espera,
tan lejos tú de mí, pero a mi vera,
royéndome con saña hasta que muera,
del tuétano a la piel como una fiera.

martes, 11 de junio de 2013

Poética

No rimo por rimar, rimo con guasa
como arma contra el miedo que provoca
pensar y repensar, tuerta la boca,
que nada queda, ¡nada¡, y todo pasa;

que no nos basta el verbo, que lo arrasa,
por más que se haga carne ardiendo loca,
el tiempo, esa tiniebla que sofoca
más temprano que tarde toda brasa.

La rima y, ante todo, la cadencia,
son como un fuego fatuo, la memoria,
aun muerta ya la voz, de su presencia

en esta telaraña predatoria
que agosta sin remedio toda esencia,
que así es, con guasa, aun menos perentoria.

Profecía

reventará este globo
qué vértigo qué espanto
y a tomar por el culo

(crac)

lunes, 10 de junio de 2013

Adivinanza

Si un gallo –digo un gallo
español– pone un huevo
en un postrer confín
patrio en los Pirineos,
¿adónde ira a parar,
rueda que rueda, el huevo?

¿Que no ponen los gallos?
Para esta adivinanza,
esta es una cuestión
del todo irrelevante.

A ese gallo lo capan
y devoran sus huevos
las mafias financieras
y multinacionales.

(globalización)

Reflexiones paternas (II) (Carlos Parejo)


¿Qué hago aquí? ¿Por qué no me encuentro incómodo en este cubículo tan estrecho? ¿Por qué no siento mi cuerpo? ¿Qué es esta oscuridad total? ¿Por qué se oye tan lejanamente el canto de los pájaros en la arboleda?

Mi luz interior está proyectando imágenes. Veo la sala de estar de mi vivienda familiar. Mariquilla adormecida en el butacón, con el periódico yacente entre sus manos. Las camas por deshacer en el cuarto del fondo. Mi dormitorio convertido en un trastero. El aparador que contenía la botica está enteramente vacío. Ya no vivo allí…

Mi luz interior quiere salir de aquí y subir a lo más alto… Más allá de las nubes, de la luna, del sol… Quiere llegar al ansiado paisaje celestial y reunirse con sus antepasados. Pep y Carles, el pare y la mare. Quiere contemplar, en esa nube traslúcida situada sobre ellos, a la mujer sin tacha, a su hijo melenudo, y al viejo y canoso padre al que llaman el sumo hacedor.

(¢) Carlos Parejo Delgado

domingo, 9 de junio de 2013

No he de decir tu nombre

Hace tiempo debieron
cerrarte por reformas
–o por reconstrucción;
tan grande es tu ruina.
Pero los mercaderes
de lo ajeno prefieren
malvender hasta el último
dolorido cascote
y luego echar el cierre
–para evitar que traten
cada noche a las 12
de escapar tus fantasmas.

Antaño se afirmaba
que algo muy diferente
a ti tomaba forma
detrás de las montañas,
que en ellas te acababas
–hoy te acabas sin límites
agotada en ti misma
sobre el mar, desangrada.

No he decir tu nombre.
No he de correr el riesgo
de desgarrar tus carnes
como hacen tus verdugos
cuando en vano te nombran.

Duelo de espinelas (y 3)

De tomar tanta cerveza
de la noche a la mañana,
sin faltar la marihuana,
se os ha ido la cabeza.
Y no me causa extrañeza,
puesto que soy detective,
que os penséis en el Caribe:
es la rubia y la maría.
Yo que tú y que tú-vería
el cartel: pone Membribe.

sábado, 8 de junio de 2013

Duelo de espìnelas (2)


Ha mucho en México había
una moza de cabeza
tan rubia que “la Cerveza”
todo el mundo le decía.
Y también “la Tubería”,
por echar humo con gana
dándole a la marihuana,
incluso ante el detective
a dar palos más proclive
desde Mérida a Tijuana.

Duelo de espinelas (1)


Tomábame una cerveza
cuando entró por la ventana
un aroma a marihuana
dulce como una cereza.
Asomando la cabeza
cual taimado detective
vi a una rubia; “no se prive
-me dijo- de esta maría,
baje por la tubería,
lo invito si sobrevive.”

Producto de un juego con unos amigos, esta espinela y las dos que apareceran en breve, había de contener la palabra "rubia" en cualquier lugar del poema, y "cerveza", "marihuana", "tubería" y "detective" al final de sus correspondientes versos.

viernes, 7 de junio de 2013

Caos

Y el principio de Arquímedes,
por fin, tuvo el naufragio.


Ilustración: John William Waterhouse

Lobos

Vuelvo sobre mis huellas con la urgencia
de aquel que se ha dejado en un recodo
del camino olvidado el horizonte.
Arrecia la tormenta
de nieve.
Cae la noche.

jueves, 6 de junio de 2013

Romancillo de las buenas maneras


En esta patria del Águila,
peinetas y relicarios,
la del toro, la Una, Grande
y Libre pese al candado
que ata cuerpos y conciencias,
si a alguien lo están puteando
y protesta, o es un fiero
terrorista sanguinario
o, como poco, el fascismo
lo tilda maleducado.
Así que, trabajadores
al borde de ser esclavos,
estudiantes sin escuela,
necesitados, parados,
enfermos sin prestación
sanitaria, desahuciados,
pensionistas sometidos
a la miseria, dejaos
de ensuciar la Marca España
con vuestros modales bárbaros
y, en lugar de protestar,
id a rezar el rosario
o, en honor a Andrea Fabra,
meteos por el culo un palo.

De lo incorpóreo


Con ánimo de dar cuerpo a un poema,
escribo en una agenda de bolsillo
y hojas amarillentas por el tiempo:
"Te quiero y te querré hasta que la muerte
acuda a reclamarme con tus ojos."
Pero todo está oscuro. Y abandono,
consciente de que no siempre es posible
aquello que anhelamos. La poesía
no consiste en decirlo;
la poesía es hacerlo.

miércoles, 5 de junio de 2013

Tribulaciones de una crisálida (XLV)

Cómo identificar lo que no existe, lo que no tiene voz ni los matices de la luz fecundada por la alquimia de la ira seminal de la tormenta. Pero yo sé del nombre del silencio, de ese destello helado y azabache que suena en los oídos del sediento como una marcha fúnebre al crepúsculo.