sábado, 8 de junio de 2013

Duelo de espinelas (1)


Tomábame una cerveza
cuando entró por la ventana
un aroma a marihuana
dulce como una cereza.
Asomando la cabeza
cual taimado detective
vi a una rubia; “no se prive
-me dijo- de esta maría,
baje por la tubería,
lo invito si sobrevive.”

Producto de un juego con unos amigos, esta espinela y las dos que apareceran en breve, había de contener la palabra "rubia" en cualquier lugar del poema, y "cerveza", "marihuana", "tubería" y "detective" al final de sus correspondientes versos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Estáis como el Ginsberg y el Kerouac de la poesía psicodélica de los sesenta, pero a lo choquero